lunes, 24 de noviembre de 2014

Historia de una familia pionera de Villa Regina: la Familia Benedetti. Historia de Alberto Ángel Benedetti. Este es el recuerdo de una familia de Inmigrantes trentinos llegados a la Patagonia Argentina por Guillermo Pirri.

Historia de  una familia pionera de Villa Regina: la Familia Benedetti. Historia de Alberto Ángel Benedetti. Este es el recuerdo de una familia de Inmigrantes trentinos llegados a la Patagonia Argentina por Guillermo Pirri.

Alberto Ángel Benedetti (1914 - 1987) fue un inmigrante trentino nacido en Marter en Valsugana  un 7 de abril de 1914. 
Borgo Valsugana es una localidad y comune italiana de la provincia de Trento, región de Trentino-Alto Adigio que hoy tiene unos 6.731 habitantes según Wikipedia.
Alberto Benedetti llega  a la Colonia los 14 años. 
Contrae matrimonio con una trentina, natural de Roncegno  (Valsugana). 
De este matrimonio nacieron unos cinco hijos y varios nietos.
La Familia Benedetti  es una familia trabajadora, de participación comunitaria; es una de las fundadoras del Círculo Trentino de Villa Regina en 1962 participaron en la fundación del Círculo Trentino.
Fueron fundadores de esta cincuentenaria institución reginense:
Romeo Benedetti, Alberto Benedetti,  Pietro Valgoi, Guido Busarello, Aldo Valgoi, Giuseppe Perotto, Vittorio Valgoi, Rodolfo Aldrighetti, Elvino Pojer, Elvio Pojer, Serafino Delladio, Emilio Toller, Fortunato Nervo, Marco Valgoi, Girolamo Delladio, Rino Gottardi, Guido Boller, Elio Perazzoli, Giuseppe Trettel, Angelo Corradi, Angelo Busarello, Enrico Toller, Giuseppe Cristel, Elia Deflorian, Alfonso Lucca, Guido Angeli,  Agripino Stefenon, entre otros…
Alberto Benedetti falleció en 1987 quedó entre sus proyectos el retorno a sus pagos trentinos.

UN POCO DE HISTORIA…
En 1928 en esa región de Italia reinaba el hambre y la guerra muchas familias de esa región deciden, por la fuerza de las circunstancias buscar nuevos horizontes. 
Es así que el año 1928 los Benedetti, familia de pioneros, se establecieron en la naciente Colonia Regina llegaron a la estación de tren recién estrenada.

Los padres de Alberto Benedetti y su familia de 8 hermanos arriban a nuestra Patagonia Argentina tentados por la propaganda “del paraíso” que ofrecía la C.I.A.C. -Compañía Ítalo Argentina de Colonización-. 
Acostumbrados a una zona de montaña el cambio del paisaje fue grande aquí todo era desierto, chato, meseta patagónica, salitre…
Cuando llegaban, la CIAC les daba la tierra, una casa, las herramientas, caballos, una vaca y 200 pesos de crédito por año. Los Benedetti recibieron 18 hectáreas en el límite de la cuarta zona, donde terminaban las obras de riego.

Esta parte de la Patagonia Norte pertenececía al mayor de los terratenientes del territorio, Manuel Zorrilla que había recibido tierras antes de 1900, más de 15.000 hectáreas en el valle de Río Negro y otra cantidad en la meseta.
“el Dr Manuel Marcos Zorrilla, amigo del ex Presidente Nicolás Avellaneda y hermano del Dr. Benjamín Zorrilla Ministro del Interior durante la presidencia del Dr. Evaristo Uriburu por diversas vías bonos de empréstitos, certificaciones de Ley de Premios Militares, “concesiones” de chacras en Colonia Roca, compra a terceros se hizo propietario de 36.000 hectáreas en el Territorio de Río Negro, de las cuales 17.000 hectáreas están situadas en el Alto Valle. Logró 6 decretos entre 1896 y 1912 de tres presidentes distintos. A partir de la sanción de los mismos se obtuvo la posesión jurídica de propietario de las tierras” (Taranda, Demetrio publicado en Revista de Historia N° 3, UNCo, noviembre 1992, p. 197; citado “Las historias que nos unen de Silvia Zanini).
En  los terrenos donde se desarrollaría la colonia había unos pocos pobladores.
“Según Moschini, antes de la llegada de la CIAC solamente existía un morador de apellido Inostroza, quien era chivero y tenía aproximadamente cien animales al momento de tomar conocimiento de su existencia; es decir, allá por 1925, cuando él y su familia llegaron a la colonia” ( para ampliar datos se recomienda la investigación: HISTORIA ORAL. LOS PROTORREGINENSES  de Carlos Schulmaister).
Sobre la colonización de las tierras del “Campo de Zorrilla” dice Pantaleone Sergi: “Eso se concretó en el año 1924, como resultado del acuerdo de intereses entre el ingeniero Filippo Bonoli y el profesor Ottavio Dinale. Bonoli, yerno de Cipolletti, fue el autor del proyecto técnico-económico de la colonización y del primer estatuto de la futura sociedad colonizadora y, por lo tanto, fundador «material» de la Colonia italiana.”
Felipe Bonoli, actuando en nombre de un Consorcio Bancario conformado por el Banco Italiano para la América de Sur y el Banco Francés, concretó la adquisición de 5.000 hectáreas, firmándose el 13 de julio de 1923 el boleto de compraventa.
El día 11 de julio de1924 se fundó en Buenos Aires la “Compañía Italo-Argentina de Colonización” merced al auspicio del Embajador italiano en el país conformada por capitales del Banco de Italia y Río de la Plata, el Banco Francés y el Banco Italiano para América de Sur a las que se sumaron unas cinco compañías navieras. El Directorio estaba presido por Héctor Valsecchi.
El Directorio de la CIAC decidió realizar un reconocimiento a entonces Presidente de la Nación, Don Marcelo Torcuato de Alvear y bautizaron a la naciente colonia con el nombre de su esposa: Regina Pacini de Alvear. 
Quedando como Gerente el Ing. Felipe Bonoli quien nombra como asistente al joven Emilio Bignami quienes dividieron  la colonia en tres zonas y en parcelas de 5, 10 y 15 hectáreas ( en el momento inicial se pondrían a la venta unos 121 lotes).
La C.I.A.C. planificó un gran negocio donde compró unas 5.000 hectáreas a un valor aproximado de $ 130 cada una que serían vendidas a los colonos a $1.000 por hectárea..
A cada familia de colonos que adquiría un lote, la C.I.A.C le entregaba un crédito de 200 pesos durante dos años, para adquirir caballos y herramientas de trabajo. Las superficies  entregadas eran con una sola arada eran similares a las dedicadas a cultivos intensivos en la región de Italia Central.
El  paso siguiente fue la difusión y propaganda: prensa nacional (publicaciones de la colectividad italiana en la Argentina) y el envío de un representante en el norte de Italia: don Ferdinando Ferravante (que fuera el primer Secretario-Tesorero de LA F.A.I. “FORZA, AMORE E INTELLETTO” en 1926).
Ferdinando Ferravante estuvo en la región del Trentino por 1927 donde existió lo que se denomina masiva emigración tanto del Trentino como del Véneto.
En  el año  1928 parten hacia la Argentina  un contingente de unas 40 personas desde Trento quienes muchos de ellos (no todos) arribaron a la nueva colonia donde dos empleados de la C.I.A.C. eran  provenientes de la región  Trentino.
Poco a pco comenzaron a llegar personas a estas tierras patagónicas.
Según un estudio del Círculo Trentino de Villa Regina (en las provincias de Río Negro y Neuquén) los inmigrantes provenían de las siguientes localidades trentinas: Borgo - Bieno – Bosentino -Cadine - Civezzano - Cies - Canale San Bovo - Cavalese - Centrale di Bedollo - Cembra - Ciago - Castello di Fiemme – Castelnuovo – Daone - Fiera di Primiero - Gardolo - Grigno – Grumes - Lavarone – Luserna – Marter – Novaledo - Panchià - Ronch - Roncegno  Strigno - Sant'Orsola - Trento – Tesero - Vezzano - Vermiglio - Vigolo Baselga.

Los Benedetti cuando arribaron  llegaron a la estación de tren recién estrenada en la Colonia Regina que se había habilitado el 6 de diciembre de 1926 identificándosela como el “Kilómetro 1106” quien dirigió la construcción, contratado por Ferrocarriles del Sud, fue el ingeniero Brevi bajo la supervisación de ingenieros ingleses. Se termina de construir en 1928.
Al llegar los Benedetti los alojaron en el Círculo Italiano, en lo que era por entonces la  FAI, donde pernoctaron los primeros días.
Así comienza la vida de esta familia de inmigrantes como otros que fueron llegando de distintas regiones italianas como Trento, Friuli, Véneto, Toscanos, Las Marcas, Sicilianos, Piamonteses, la Emilia Romagna, Calabria y alguno pocos de Umbria con todas las limitaciones; se encontraron con parcelas desmontadas y con una sola arada donde los vientos fuertes, sin ningún reparo, se llevaban todo lo plantado donde era  necesario emplear largas jornadas para reparar estos daños (contaba la Sra.  Vittoria Mion que “en una oportunidad corrió un viento tan fuerte que se llevó hasta la gallinas y patos”…
El hospital más cercano se encuentra a 70 kilómetros. En los principios de la Colonia en los casos de urgencia eran atendidos por el Dr. Velasco de Huergo.  
La educación es otro problema en la Colonia.  El 25 de octubre de 1925 comenzó a funcionar la Escuela Nacional Mixta 52 que asistieron en el primer día unos 36 niños: 19 mujeres y 17 varones. En 1927, en el edificio de la F.A.I.  que funcionaba donde está el Círculo Italiano comenzaron a dictarse clases elementales en italiano a los niños de la colonia siendo su directora la Sra. Benedetta Cipolletti de Bonoli siendo maestras las Sras. de Bignami, Biggi y Angeleri. El 4 de noviembre de1929 nació la primera escuela rural: Escuela Rural N° 105 hecha por vecinos  en una hectárea fue donada por Guillermo Donolo donde se debieron comprar cal, cemento y ladrillos, cal para la construcción se inició con dos turnos en un edificio formado por un salón de clases, una pieza y una cocina.
El Padre Marcelo Gardin un misionero salesiano se encargaba de la asistencia espiritual que fuera Primer Parroco de la Colonia entre los años 1928 al 1937 quien recorriendo los campos a caballo o a lomo de burro.  Sus tareas llegaban a Huergo, Chimpay, Choele Choel, Stefenelli, Roca. Era activo. También recorría San Antonio Oeste, Río Colorado y Zapala llegando en sulky o en tren. Era un cura friulano corajudo  que fuera intermediario ante la C.I.A.C. que le valió enfrentarse con la policía,  que tenía buen corazón y que ayudaba a todo aquel que podía.
Todo era jornadas de para poder irrigar los cultivos donde se utiliza el “rastrón” que es un enorme palo de hierro, tirado por 4 caballos que una larga palanca permitía controlar la carga y descarga. Muchos sabían de su realidad que no retornarían a sus lugares de origen y que “hacerse la América” era una ilusión inútil que su único capital era la cultura del trabajo y el esfuerzo.  Vino el tiempo de los cultivos de la alfalfa, el de la vid, cultivaron papas y pasaron a los tomates y el de la fruticultura con todas sus transformaciones.
La crisis del ´30 golpeó durísimo en la colonia una crisis económica que duró hasta 1935 y se sintió en la zona donde llevó a precios irrisorios al maíz y las papas que trajo aparejado el incremento de sus deudas e intereses. Los viñedos plantados comenzaron a pero el vino no se vendía.
Pero el ingenio superaba la crisis… dice el dicho popular que “la necesidad tiene cara de hereje” y los inmigrantes trentinos, friulanos, piamonteses y otros hacían la grappa que colocaban en tinas de cemento a fermentar la uva y trabajaban día y noche en la destilación de un producto que vendía en todo el sur donde las autoridades hacían la vista gorda. Así se pudieron comenzar a pagar las deudas a la C.I.A.C.
”La grapa iba en gran cantidad a la zona de Comodoro Rivadavia. Decían que allá había yanquis en las petroleras que la demandaban. Yo vi a un hombre hacer una bordelesa de 200 litros preparada para meter adentro un barril de 100 litros de grapa y luego llenar lo que quedaba de espacio con vino, de modo tal que, si lo inspeccionaban, lo primero que veía era el vino. Así llevaban en camiones la grapa para Comodoro… ¡Iban en cada camión! Cruzaban dos balsas, en Choele y en Paso Peñalva.
”Esas destilerías funcionaron por años. Pero no sólo se volcaba en el mercado negro. Llegabas a cualquier casa y te invitaban con una grapita. En ese tiempo, en medio de la malaria y las destilerías, mucha gente se perdió con la grapa” (testimonio de Juan Benedetti, Diario “Río Negro”).  
La grappa ocupa un lugar destacado en los comienzos  de la Colonia hoy descendientes de trentinos la elaboran y la ofrecen con café en las reuniones que se realizan en la sede del Círculo Trentino en la Avda. Mitre de Villa Regina.
Pero losaltos intereses de las deudas se acumulaban para las familias pioneras donde los bancos efectuaron una nueva tasación de las chacras con valores especulativos y exagerados y los colonos no podían hacer frente a estos altos intereses y la C.I.A.C. comenzó a hipotecar las casas.
El Banco Hipotecario Nacional decidió vender en remate todas las propiedades.
En noviembre de 1940 nace la “Comisión Pro Defensa de los Colonos” que presidía Juan Rotter y la primera medida fue solicitarle al Sr. Emilio Bignami que era Presidente de la Comisión de Fomento que se dirigiera al entonces Gobernador del Territorio, Adalberto Pagano solicitando su intervención… pero los remates continuaban…
Apareció una solución legal –o cuasi legal– para impedir que se llevaran los 15 o 18 años de trabajo  y los colonos  superando conflictos y/o peleas regionales decidieron impedir que alguien pudiera comprarlas edificando una red social basada en la ayuda y la solidaridad. No existiendo interesados, el Banco Hipotecario Nacional decidió dar una segunda oportunidad a sus propietarios.
Monseñor Nicolás Esandi era el Obispo de nuestra región a organizar una comisión de colonos quien se entrevistó con el entonces Coronel Perón que era Vicepresidente de la Nación.
En 1.947 se realizó una reunión definitoria donde viajaron a la Capital unos 100 chacareros a los efectos de entrevistarse con el Presidente de la Nación, Gral. Juan Domingo Perón, entre los que participó Guillermo Donolo  y Juan Rotter uno de los caudillos de la defensa de los colonos donde Juan Perón ofrece una solución la “Ley de Aparcerías Rurales” con un plazo de 33 años para la tierra y créditos que los chacareros pagaron en 5 o 6 años…
El 18 de diciembre de 1950 se suspendieron las actividades comerciales e industriales y el 19 de diciembre en la Municipalidad de Villa Regina se suscribieron 28 escrituras de transferencia y se firmaron otras 30 escrituras con la presencia del Comisionado Municipal Sr. Tomás Iguacel y el representante del Banco Hipotecario Nacional, Sr. Asdrúbal A Escalada. El 21 de diciembre se firmaron otras 30 escrituras.

Hoy Villa Regina, la Perla del Valle tiene 90° años de vida cuenta con unos siete centros de enseñanza media públicos, entre diurnos y nocturnos donde concurren más de 2500 alumnos, nuevas propuestas educativas privadas como también Facultad de Ciencias de la Alimentación, dependiente de la Universidad del Comahue (UNCo) y la Universidad  Nacional de Río Negro (UNRN), la Escuela Agraria Alto Valle Este que nace en el 2009 en un espacio de unas 7 hectáreas cedidas por el consorcio de Riego y Drenaje de Villa Regina y centros de  investigación prestigiosos como el INTA, CIATI, INPI.
Villa Regina cuenta también con fábricas de maquinarias agrícolas, Aduana Nacional, empresas de distinto tipo donde se destacan galpones de empaque, frigoríficos,  sucursales bancarias y sede de la Fiesta Provincial de la Vendimia.
Villa Regina es una Ciudad que debe crecer en todo sentido y crecer a la Alta Barda desarrollarse integralmente bajo la custodia del testigo silencioso, desde 1.964, el “Indio Comahue” el producto del ¡SE PUEDE REGINENSE! que sigue en pie en la barda milenaria. 
También debe Villa Regina buscar desarrollarse sobre el margen sur del río Negro construyendo un puente a la altura de la Isla 58 que permitiría beneficiar a los productores ganaderos que tienen sus campos como incentivar otras propuestas de diversificación productiva.
Villa Regina, la Perla del Valle  esta denominación fue  una de las ocurrencias geniales del Señor Gilberto Solcá, en el marco de Primera Fiesta de la Fruticultura en el orden local cuando transcurría el año 1952, quien había confeccionado más de 20 estandartes alegóricos con la inscripción " VILLA REGINA, LA PERLA DEL VALLE" que hoy es UNA MARCA REGISTRADA que debemos potenciar porque nos identifica.

¡Bravos pioneros a ti te forjaron, hombres valientes que no volverán…! dice la Zamba de Villa Regina de Remo Sgro Namuncura y en cementerio hay un monumento, en la entrada, que recuerda a los primeros colonos con un mensaje:  “Silencio, los abuelos duermen”.

Para esta pequeña  recopilación histórica se utilizaron las siguientes fuentes informativas: “Las historias que nos unen. Una perla junto a la barda” de Silvia Zanini; HISTORIA ORAL. LOS PROTORREGINENSES  de Carlos Schulmaister); Blog del Círculo Trentino de Villa Regina - http://trentinosvr.blogspot.com.ar/.

Se permite la reproducción total o parcial citando ¡BIEN DE REGINA! de Guillermo Pirri.

A continuación se difunde material que pertenece a “La gazzetta Trentina” Periódico informativo del Círculo Trentino de Villa Regina (noviembre 2014 – Año I – N° 2).

Los Benedetti, Pioneros Reginenses.

Entre los años 1925-1927 muchas de las familias fueron contactados en Italia por Ferdinando Ferravante, un agente contratado de la C.I.A.C. - Compañía Ítalo Argentina de Colonización con una propaganda que les prometía tierra propia en un asentamiento italiano en la Patagonia para huir del "monstruo grande que pisa fuerte" de la guerra, el látigo del hambre y la pobreza.
Los núcleos inmigratorios  más numerosos llegaron desde el Friuli, Trento y Veneto.
Los Benedetti es una familia tradicional en Villa Regina, activa en lo social comunitario.
Los hermanos Benedetti  (Alberto y Romeo) fueron socios fundadores del Círculo Trentino de Villa Regina el 18 de febrero de 1962 (hace 52 AÑOS) con una comisión provisoria; luego se integraría la definitiva siendo su 1er. Presidente, Agripino Stefenon.
Romeo Benedetti fue integrante de la Primera Banda de la Colonia dirigida por el friulano Eduardo Andreussi. Alberto Benedetti fue colaborador de la Escuela 105.
Juan Benedetti integró en Consejo Asesor del comisionado Ing. González Jezzi (1966 hasta 1967).
Beatriz Biche Benedetti, colaboradora de la parroquia Nuestra señora del Rosario y de la obra Don Bosco del Padre Rondini, colaboro con evangelización dictando catequesis hasta los años 90 en la escuela 105 y por las chacras, Hoy con sus 94 años vive en Mendoza con su hermana menor y sobrinos.
Marta Benedetti hoy tiene 87 años se casó y vive en Centenario tiene dos hijos y nietos.
Gina Benedetti tuvo 5 hijos, falleció en 1995.
María Rosa Mariota Benedetti, la menor de la familia, la única que nació en Argentina vive en Mendoza con sus tres hijos y nietos.
De la madera a la tierra.
Cuando llegaban, la CIAC les daba la tierra, una casa, las herramientas, caballos, una vaca y 200 pesos de crédito por año. Los Benedetti recibieron 18 hectáreas en el límite de la cuarta zona, donde terminaban las obras de riego. Toda la familia puso manos a la otra. “Emparejamos la chacra, que tenía como 20 niveles, altos y bajos, que formaba el río que estaba cerca. Con un rastrón teníamos que emparejar continuamente. Primero hicimos alfalfa, luego tomate, más tarde vid y finalmente fruticultura. Las plantas las compramos a Pepe Borsani, un hombre buenísimo que fue el primero en tener un camión acá y el primero en tener teléfono, cuyo número era el 1”.
Recuerda que frente a la chacra estaba el ladrillero de la Colonia, el señor Di Piramo, y en un palo del pisadero había un loro que había aprendido el italiano. “Un día mi mamá contó que pasaba por allí y alguien le dijo ‘mannaggia cane’, una palabrota. Era el loro. Cuando supe que estaba, lo fui a ver. Me gustaban los animales. En mi familia, desde chico fui el encargado de hacer los mandados a caballo. Éramos como una nueva generación de indios, todo el día a caballo”.
“Todos trabajábamos, pero quienes merecerían el monumento más grande de esos tiempos fundacionales eran las mujeres. Ellas trabajaron a la par del hombre pero sin descuidar la casa y los hijos. Vi a mujeres manejar el rastrón tirado por tres caballos. La mujer era el puntal, trabaja día y noche. Hasta hacían la ropa, porque la ropa escaseaba y las prendas terminaban siendo parche sobre parche… Recuerdo a otras mujeres valientes, como la partera Bonelli que andaba en un sulky de chacra en chacra atendiendo partos. Así nació nuestra última hermana, la única argentina. También recuerdo a otra mujer de apellido Liberati, que era como la sanadora del pueblo... Habría que hacerle un monumento a la mujer colonizadora”.
Como todos los pioneros, Benedetti no puede dejar de recordar la conducta valiente que tuvieron las mujeres de la Colonia Regina cuando llegaban los rematadores de las chacras que no podían cancelar sus créditos con el banco y la CIAC. Pero sus recuerdos van más allá de la anécdota emotiva y se posan en una región más mansa a la hora de pensar las vivencias de aquellos colonos. Benedetti habla de lo que aquellas escenas significaron entonces y de cómo aquella experiencia adquirió la densidad que sólo le da la historia.
“Como casi todos aquí, crecí odiando a la Compañía Italo-Argentina de Colonización. De alguna manera los teníamos como los culpables de todas las desgracias pero, bueno, la Compañía estaba en Argentina y todo lo que pasaba en la economía también la afectaba. Ahora, a la distancia, puedo valorar las cosas que hicieron bien. Ellos nos dieron la posibilidad de empezar otra vez, de tener una tierra. Algunos llegaban y se querían matar, no les gustaba nada… Creo que si hubiesen podido hubiesen regresado a Italia, pero ya era tarde, no podían volver… Pero, bueno, vino la crisis del ’30 y afectó muchísimo a todos. No creo que la Compañía haya hecho mucha plata con esta colonización, la verdad es que empezaron esta experiencia en una Argentina y la terminaron en otra. Y si lo miramos en perspectiva, fueron ellos los que permitieron que se colonizara esta zona del país”.
Pasó el tiempo y los Benedetti fueron creciendo a la par del pueblo y fueron echando raíces. Aprendieron el oficio de la tierra con esmero. Cada miembro de la familia aportó lo propio. Todos los hijos de Pablo y Rosa se hicieron chacareros. En un momento vivían cinco matrimonios Benedetti con sus hijos en la chacra.
Empezamos con la fruticultura por el año ’40. Nos fue bastante bien. Planificamos y, cuando llegó el tiempo de cosechar, empecé a desarrollar otras actividades, como el empaque y el aserradero”.
Según recuerda Juan, dar el paso hacia la fruticultura no fue fácil. En primer término porque era más complejo que producir vid. “En la zona de Cinco Saltos, por ejemplo, los chacareros estaban más preparados que acá porque tenían la estación experimental.
”Aun así –afirma– Regina fue pionera de muchas cosas nuevas: acá se vieron los primeros riegos por aspersión del Valle. Los tuvo Galletta, que era representante de una firma vinculada a riego. Fue el primero en poner riego en la chacra de los Rotter. Todos íbamos a ver cómo funcionaba. La electrificación, el asfalto rural, fuimos los primeros en tenerlos en el Valle…
Cuando la familia empezó a tener producción, el transporte y gran parte del empaque lo manejaban los ingleses. “Con ellos me pasa lo mismo que con los de la CIAC. Cuando estaban, nos quejábamos, pero cuando se fueron nos dimos cuenta de que hacían las cosas bien… Después de que se fueron los ingleses, vino el IAPI, que ayudó en la cadena de comercialización. La venta de los ferrocarriles puso en crisis el transporte. Una crisis que sólo se resolvió en la década del ’60 cuando llegaron los camiones y la Ruta 22”.
Tuvimos empaque desde 1956. Antes de esa fecha la fruta se trabajaba en la chacra. El comprador iba con su cajones, se tamañaba a mano y se embalaba. En las chacras se hacía una enramada y allí se hacían estas labores. Algunos compradores de fruta eran de acá, como Troyano, Petrocelli, Pancani. Al principio cargábamos al lotero. El lotero era el tren especial que levantaba lotes de fruta, de la primera fruta. Nosotros la vendíamos en Zapala, hasta allá la mandábamos. Le comprábamos cajones al aserradero de Petrini y Rosina. En Zapala teníamos un amigo y él nos ayudó a vender allí. Luego vendimos al mercado de Abasto en Buenos Aires. Tratábamos con un comisionista. Tuve suerte porque encontré gente honesta con los que trabajé durante 30 años. Eran dos gallegos: Sánchez y Amat.
En la chacra de los Benedetti, quedó un hijo con su familia y el resto de los hermanos fue comprando sus tierras. Juan se casó con Rina Perazzolli,

* Fuente: Bien de Regina, Guillemo Pirri, Diario Río Negro, Susana Yappert. Familia Benedetti.


Juan Benedetti.
La siguiente es una nota del diario centenario de la región el "Río Negro" publicada en el 26 de mayo de 2007.

“En la Colonia Regina nos hicimos chacareros”.
Juan Benedetti llegó a Regina cuando ésta apenas se insinuaba en los mapas. Sus padres, arribaron al Valle con ocho hijos y un oficio por aprender. Ellos y todos sus descendientes trabajaron la tierra con esmero.
Juan Benedetti pertenece al grupo de pioneros de Villa Regina. Llegó a la Colonia en 1928. Tenía 3 años entonces y era el menor de la familia.
Sus padres, Pablo Benedetti y Rosa Huller, llegaron desde de la provincia italiana de Trento. “Mi madre –relata Juan– decía que era austríaca. Su apellido es holandés, pero su familia hacía varias generaciones que estaba en Trento. Ella amaba Austria porque había vivido bajo el dominio de este país. Pero lo cierto es que cuando llegó la Primera Guerra, esa región se convirtió un poco en el centro del conflicto, como el ojo de la tormenta. Mi padre fue al frente y mi madre, que ya estaba casada y tenía un hijo, se fue de refugiada a la zona de la Liguria, que era más segura. Luego, terminada la contienda, tuvieron 7 hijos más. Cuando llegamos a la Argentina, huyendo de la pobreza y de la guerra que se presentía, éramos ocho hermanos: cuatro mujeres y cuatro varones. En Italia se enteraron de que aquí se hacía una colonia casi netamente italiana y que una compañía ayudaba a los colonos a establecerse. Era la Compañía Italo-Argentina de Colonización (CIAC), que hacía propaganda allá para tentar a las familias a colonizar”.
Contaban los padres de Juan que llegaron a la estación de tren recién estrenada en la Colonia Regina y que los alojaron en el Círculo Italiano, en la FAI, donde pernoctaron los primeros días.
“Llegaba gente todos los días –cuenta Juan–; fuimos realmente colonos. Venían muchos italianos del norte, pero eran tantos los dialectos que se hablaban en la Colonia que había italianos que no se entendían entre ellos”.
Juan era muy pequeño cuando llegó, pero guardó las historias de quienes vivieron esos primeros tiempos. “El lugar les causó una profunda impresión, porque en Italia vivíamos en una zona de montaña, tanto que a nuestras gallinas había que ponerle unas bolsitas porque si no sus huevos rodaban por la pendiente. Aquí todo era chato, un desierto; contaba un familiar de mi mujer que al llegar pensó que estaba todo nevado. ¡Era el salitre que había en el lugar!”.
El padre de Juan, Pablo Benedetti, era carpintero, de modo que llegó dispuesto a aprender una nueva actividad, la agricultura. Pese a ello y consciente de su enorme familia, viajó con todas y cada una de sus herramientas para trabajar la madera.
“Casi todos los que llegaron tuvieron que hacerse chacareros. En la Colonia había mucha gente que nunca habían visto un caballo, ni manejado un arado. Fueron duros los primeros tiempos, aunque hoy creo que otros lo pasaron peor, porque nosotros estábamos juntos y, además, teníamos una comunidad muy grande… Aquí todos éramos iguales, el esfuerzo fue colectivo y los sueños compartidos. Casi todos venían de una Europa empobrecida, habían conocido el hambre, venían de una guerra. Y aquí, aquí estaba el futuro. Había tierra, agua y estaba todo por hacerse… Y durante los tiempos fundacionales estuvimos juntos, esto fue lo importante… Ahora no hay más eso. Ahora hay egoísmo”, concluye Juan.


* Fuentes de información: Bien de Regina, Guillemo Pirri, Diario Río Negro, Susana Yappert. Familia Benedetti.

1 comentario:

  1. MUY LINDA NOTA GRAN HEMOCION CONOCI A DON ALBERTO Y TODA SU FLIA FUI SU MEDICO

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