sábado, 16 de febrero de 2013

“DESARROLLO DE LA FORMACIÓN DE LA COLONIA REGINA”.


TRANSCRIPCIÓN DE LA “REVISTA DEL MUSEO COMUNITARIO” DIRECCIÓN: CARLOS SCHULMAISTER.
A continuación lo publicado en "La Perla" número 39 (17-1-2013)  y nro. 40 (18-1-2013).

“DESARROLLO DE LA FORMACIÓN DE LA COLONIA REGINA”

El desarrollo de la Colonia Regina comprende tres períodos: el primero desde el año 1924 al 1931, el segundo de 1931 al 1935 y el tercero de 1935 al 1939.
Durante el primero el Ing. Bonoli fue el conductor de la obra de colonización después de haber sido el que consiguió la formación de consorcio financiero.
Fueron siete años de lucha en que se concentraron los mayores esfuerzos para la transformación de la tierra árida y desértica, para la construcción de la obra de riego, la subdivisión de Lotes de 10 y 15 hectáreas, la construcción de todas las obras de arte de extensa red de canales secundarios, terciarios y acequias, construcción de la asistencia social, de la Cooperativa de Consumo, distribución de la semilla y plantas frutas, etc.
Al llegar las primeras familias de Italia había que infundir confianza ante las dificultades a superar en los trabajos de emparejamiento, haciendo frente a los impetuosos vientos que no encontrando todavía reparo alguno se desencadenaban con violencia, destruyendo en una noche el trabajo de semanas enteras.
El Ing. Bonoli desarrolló en esos primeros años una actividad asombrosa, acompañado por su esposa Benedictta, hija del ingeniero Cipolletti, que dedicó toda su inteligencia y su bondad a asistencia de las familias, organizando reuniones entre la juventud, enseñando trabajos de costura a las niñas, llevando la palabra de consuelo a los enfermos y colaborando con el Padre Salesiano Don Marcelo Gardin, para la construcción de una Capilla y la enseñanza de la religión católica a los niños.
Figura angelical, dispuesta siempre al sacrificio dejó como recuerdo el hermoso cuadro que reproducía a la famosa pintura de la deposición de la cruz de Rafael, cuadro que está hoy en la pared principal de la nueva iglesia de Villa Regina.
El Dr. Tasco, Consejero de la Emigración en la Embajada de Italia, con su carta de 30 de noviembre de 1926 informó al Ing. Bonoli sobre la impresión que había recibido el Dr. Brebbia, Embajador argentino en Roma, de la visita realizada a Colonia Regina, que había sido muy favorable. A esta impresión se agrega la del Presidente de la Unión Industrial, Don Luis Colombo, el cual había organizado una visita al Río Negro, acompañado de varios socios.
Dice la carta arriba mencionada: “El señor Colombo me ha asegurado que el Presidente de la República le ha hecho insistentes preguntas y se ha mostrado muy satisfecho de escuchar un juicio tan cordialmente y netamente favorable.
Tanto a Brebbia como a Colombo el Dr. Alvear ha dicho que aprovechará de la primera ocasión para venir a la Colonia, muy contento de que las cosas vayan diversamente de lo que otros le había hecho prever”.
Resulta así que los trabajos habían despertado mucho interés y ya el ICLE (Instituto de Crédito para el Trabajo en el Exterior) con sede en Roma, ya había concedido un crédito a la CIAC garantizando con la 1° Hipoteca sobre los terrenos de la Colonia, todavía no hipotecados a favor del Banco Hipotecario, con una superficie de 3.000 Has. El sistema adoptado para la financiación del plan era el siguiente:
La propiedad fue dividida en 4 zonas y terminada la colonización de una zona con sus obras de riego, casa colónicas, alambrados, etc. Y ya instalados los colonos en sus respectivos lotes, se solicitó el préstamo que llegaba hasta el 80% de la tasación.
Obteniendo el préstamo se procedía a la escrituración a nombre de los colonos, en base a la liquidación de la deuda, en ese momento garantizando el saldo deudor con una segunda hipoteca a favor de la Compañía.
En la liquidación figuraba además del importe de la tierra agregado al mismo el costo de las obras de riego, en concepto Viveres, Útiles y Plantas y Semillas.
El colono no abonaba importe alguno y para el pago de las segundas hipotecas habían establecidos cómodos plazos.
En el año 1928 ya se habían distribuido lotes en la 3° Zona. En la que existían algunos médanos, siendo la tierra muy sueltas (sic) óptimas para cultivo y exenta de salitre, pero muy expuestas a los vientos; y empezaron las protestas que tomaron rápidamente cuerpo por la intervención de la Seccional de la federación Agraria.
El Director de la CIAC pidió a uno de sus directores, el Prof. Marcelo Conti de hacer un viaje a la Colonia para poder informar sobre la situación, y en la relación que el mismo hizo el 10 de enero de 1928 después de haber transcurridos tres días inspeccionando los trabajos y conversando con los colonos presentó su informe de cual se transcriben algunos párrafos.
"En la 2° Zona, una interrupción de los servicios de riego que duró 7 días, impuesta por la Dirección de Irrigación, sucedió una reducción de la cantidad de agua por un error de la misma Dirección, que por suerte fue reconocido y eliminado y enseguida se verificaron breves intervalos de fuertes temporales que causaron graves daños, temporales que empezaron en los primeros de Diciembre persisten todavía".
"Todo este conjunto de cosas, especialmente aquellas chacras dominadas por los vientos ha desanimado a muchos colonos, en parte justificable, provocando aprensión al atraso en la vegetación y la distribución de muchos cultivos. Entre estos colonos ha encontrado fácil presa la campaña iniciada en contra de la Compañía pro unos cuantos exaltados de ideas, extremista, aprovechando de esta situación para incorporar adherentes a la nueva Sección de la Federación Agraria Argentina, institución llamada a defender los intereses de los colonos frente a la Compañía".
"En la 3° Zona, algo de desanimación ha sido provocada por el atraso en el servicio de irrigación, debido exclusivamente a la Oficina de la Superintendencia de Riego y los documentos en poder de la presidencia demuestran como la Gerencia se halla preocupada: pero bien puede imaginarse los efectos desastrosos del viento en la zona donde se está trabajando sin un hilo de agua, casi 500 has. de tierra".
El Ing. Bonoli se encontraba a causa de tantas contrariedades muy cansado y por desgracia la salud de su esposa exigiría su alejamiento de la Colonia. Solicitó por lo tanto una licencia de dos meses, pero el Directorio de la Compañía no accedió a los solicitado.
Esto se verificó en emes de marzo de 1928 (sic) después de cuatro años de un trabajo intenso, agotador. Para dar una idea de la situación de la Colonia de ese tiempo se transcriben a continuación las dos Comunicaciones Internas Reservadas de Ing. Bonoli a la Presidencia del 27 y 28 de marzo de 1928.
Después del primer años de haberse iniciado los trabajos, el Embajador de Italia Conde Aldobrandi Marescotti de Viano visitó la Colonia acompañado por le Cónsul General Comm, Vicenzo Tasco y otras, quedando muy impresionado del programa de la CIAC.
Funcionaba la Cooperativa, a través de la cual se distribuían los víveres, útiles. semilla y maquinarias agrícolas en base a los créditos que acordaba la compañía.
Considerando la necesidad de la leche el Ing. Bonoli, vencida la resistencia de algunos miembros del Directorio, obtuvo la autorización de compra al Establecimiento Magnasco de un lote de vacas de raza Holando Argentina que fueron distribuidas entre los colonos que ya tenían plantaciones de alfalfa y que podían abonar parte de la adquisición.

Otra iniciativa simpática que surgió en la época fu la construcción del Cementerio y de la Capilla. El camino de acceso fue construido por los mismos colonos durante algunas horas de los días de fiesta, y la compañía construyó la Capilla. Hoy ese rincón de la barda, poblado ya de numerosas bóvedas en que yacen los restos de muchos colonos, es objeto de especial cuidado de parte de las autoridades municipales y es visitado con gran respeto y devoción por todos los que visitan la colonia.
 

 

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