domingo, 11 de diciembre de 2016

"CASA GRIFONI" DE VILLA REGINA UN COMERCIO IMPORTANTE QUE CAMBIÓ DE DUEÑOS Y DE RAZÓN SOCIAL.

UN COMERCIO IMPORTANTE QUE CAMBIÓ DE DUEÑOS Y DE RAZÓN SOCIAL, FUE LA C.A.D.A., EN ADELANTE SERÍA “CASA GRIFONI”, DE ENRIQUE GRIFONI. (Las historias que nos unen).

CASA GRIFONI (C.A.D.A).
Compañia Argentina de Almacenes.
“Uno de los negocios de ferretería emblemáticos que ha ido resistiendo el paso del tiempo y además actualizándose, debe ser con toda seguridad la (C.A.D.A.) o Ferretería “Grifoni” en el número 168 de la calle 25 de Mayo de Villa Regina. Yo lo conocí de siempre, porque fui cliente de materiales para mis trabajos de rotulación y pinturas en cada momento de mi vida. Este negocio mixto y de gran surtido ha sido representante de pinturas y ferretería, y en algunos momentos de su trayectoria comercial sirvió además materiales de corralón y construcción.
Desde que comencé mi andadura profesional con la rotulación publicitaria allá por el año 1955 con Mario Luccy, ya existía este negocio que proveía de pinceles y materiales de muy buena calidad a los profesionales del pueblo, también puedo presumir de haberle pintado durante muchos y largos años los letreros que identificaron su nombre.
Conocí al propietario que aportó su apellido al cambio de nombre comercial “Don Enrique Grifoni”, un hombre pulcro, amable, que nunca dejó de mostrar una sonrisa en el momento de atender un cliente, semi calvo y elegante (quizá un perfil político digno).

No obstante esos caminos escondidos que nos prepara la vida para que desarrollemos nuestra pobre existencia, le había marcado un final traumático del cuál tengo el derecho a escribir lo que me señala su hijo “Pallino” cuando bocajarro le pregunto: ¡Pallino…,quisiera que me cuentes como fue la muerte de tu padre! respondiendo con un aplomo notable.
“Realmente me acuerdo muy bien porque la última persona que estuvo como mi padre fui yo… estábamos trabajando en el negocio como de costumbre,( yo era chico y estaba en contabilidad) y recuerdo que Cardelli me vino a llamar porque en el negocio había mucha gente para atender, no había pasado tres minutos cuando le dije, ¡papá, voy a ayudar a los chicos a atender!..., ¡no habían pasado cinco minutos más, cuando escuchamos el disparo!...¡un sonido de arma de fuego muy fuerte que nos sorprendió…y también fui el primero en entrar a la oficina porque no podía entender de donde había salido el disparo y cuando abro la puerta, a mi derecha estaba el escritorio y lo veo a padre en el suelo. ¡Allí estaba la tragedia!, así que los primeros sorprendidos fuimos nosotros y después averiguando y algunos contactos nos enteramos de su determinación porque dejó notas para la familia, para mi madre, el juez”. (Yo tendría unos 17 años).
“Mi padre fue una persona ejemplar hasta frente a la muerte, ¡esas cosas!”.
Creí que ya estaba satisfecha mi curiosidad sobre este triste acontecimiento y no deseo continuar preguntando nada sobre el suicidio así que desvío la conversación hacia porque la ferretería anteriormente se llamaba “C.A.D.A.” como nombre comercial y Palino me cuenta que: “por aquéllas épocas de los años treinta, algunos negocios tenían siglas para identificarse comercialmente como por ejemplo la “GRAAVA” que quería decir “Grandes Almacenes del Alto Valle” mientras que nosotros teníamos esas siglas para definir “Compañía Argentina de Almacenes”.
Las anécdotas de cada negocio generalmente rondan sobre los personajes que trabajan en ellos y como no podría ser de otra manera, Palino me cuenta que hace muchos años trabajaban “Cardelli” “Gego Fioretti” Toto Pesoa y un encargado de patio llamado “Villegas”(que jamás se le caía una gorra que llevaba puesta) “¡Cardelli y Fioretti eran de cuidado!”, ¡unos delincuentes! “¡fijáte que un día vino una señora a buscar clavos que se guardaban debajo del mostrador y Fioretti se agachó para recogerlos mientras Cardelli que estaba al lado se tiró un pedo mirando al techo como si no se enterara de nada…, lo miró a Fioretti como sorprendido o avergonzado y este quedó pegado al suelo!
Empezó a caminar en cuatro patas escondido hasta que agarró el patio, porque ¿cómo podía explicarle a la señora que él no había sido? Cardelli dejó pasar un momento como para que la señora tomara aire y le dijo que él la atendería y así fue."


* Pertenece al libro “Calles de tierra: Personajes e historias contemporáneas de Villa Regina (Río Negro) Argentina” de Carlos Basabe, Editorial Dunken, 2007, páginas 93-94-95-96.



1 comentario:

  1. CuanCuantos hermosos recuerdo s desde chiquito miraba las grandes letras de la CADA sobre sus paredes! !! ! Gracias Palino y Silvana por su perseverancia y sencilez!!!
    Roberto

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