miércoles, 7 de marzo de 2018

Tierras reginenses para el vino (1974).


Tierras reginenses para el vino.
La viticultura se introduce en Villa Regina, como una prolongación del desarrollo de la viticultura general del Alto Valle, que se extendió desde General Roca hacia Guerrico, primero y en una segunda fase hacia Villa Regina.
En estas tierras empezó a desarrollarse alrededor del año 1925, ya que el impulso más grande lo dieron los primeros colonos italianos.
Existen, en Villa Regina, unas veinte (20) bodegas con una capacidad vinaria total de 149.394 hectolitros.
En un principio, la viticultura reginense estuvo orientada hacia una viticultura de calidad (vinos finos). Pero luego, debido a influencias de otras zonas y por falta de orientación en la propagación de vid (nos encontramos con infinidad de variedades en esta zona ya que no se seleccionaron las variedades que se fueron adoptando), esta viticultura se fue distorsionando.
Por eso se hace imprescindible y necesario, un ordenamiento vitícola con características nacionales y particulares regionales, de adecuación de la oferta a las exigencias de los mercados nacional e internacional.
Es necesario también la diversificación de la producción vitícola, tanto a nivel agrícola como industrial, como medio para lograr el desarrollo armónico del sector.
La tipicidad regional, con la finalidad de que la uva y sus derivados exterioricen las particularidades de origen, y la integración vertical de las distintas etapas del proceso vitivinícola, especialmente para el pequeño y mediano productor, son tan importantes como la promoción de una estructura vitivinícola exportadora que permita mantener y expandir los mercados actuales y facilitar la conquista de los potenciales.
También es imprescindible lograr la implementación progresiva del envasamiento en origen de los productos vitivinícolas.
La provincia, por intermedio de un convenio con el INV, está orientando a la viticultura hacia vinos finos. Ya se ha iniciado la obtención de estacas, siendo un hecho la creación de una bodega regional, tipo estatal.
Experiencias exitosas con resultados fabulosos de variedades bien definidas (Merlot y Malbeck para las uvas tintas y Semillón y Torrontés para las blancas) se convierten en otra de las pautas que permiten afirmar el brillante porvenir de la viticultura regional de lograrse el ordenamiento que necesitan estas tierras de tan excelentes condiciones para una buena viticultura.
Pacífico Kamada Enólogo.

Las tierras reginenses se abren a los brazos verdes que nacen de la tierra. Y la uva florece entre hojas revueltas de las vides. Y los brazos de las mujeres cosecheras van cosechando los cántaros tintos y blancos, para desbordarlos, después al final de la tarde, en otros cántaros más amplios y voraces. Y el hombre seguirá procesando el canto de las vides. Y nacerá el vino.
Vino de estas tierras reginenses.
Vino que nace en los toneles y en las piletas hechas con sacrificio y trabajo por los primeros colonos y por los otros que fueron llegando, afincándose, floreciendo con sus propias vides, cantando el mismo vino que ellos creaban.
Vino de la amistad y de la alegría. Vino del trabajo y del sol.
Vino de Pedro Iogna, de Surar, de La Cerdeña, de José Milohanich, de la viuda de Fedalto, de Zovich, de Honorio Bertoli, de La Reginense, de Salvador angelone, de José Per, de Jaime Picotti, de Justo Fernández Flores, de Dante Gigante, de Dalmat, de Juan Zudich Milano, de Pirri Siracusa Tormena, Juan Bavaresco, de Vecchi, de las bodegas de Arizu, de Luis Dante Zorzetto. Vino de las tierras de Villa Regina. Vino de la vida…

Se transcribe lo publicado en suplemento 50º años de Villa Regina del Diario “Río Negro”, miércoles 6 de noviembre de 1974.

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