sábado, 14 de septiembre de 2013

EL TESTIMONIO DE UNO DE LOS PRIMEROS POBLADORES DE LA COLONIA REGINA, EMILIO BIGNAMI, AÑO 1974 – 50° ANIVERSARIO DE VILLA REGINA.


EL TESTIMONIO DE UNO DE LOS PRIMEROS POBLADORES DE LA COLONIA REGINA, EMILIO BIGNAMI, AÑO 1974 – 50° ANIVERSARIO DE VILLA REGINA.

EMILIO BIGNAMI FUNDADOR, PIONERO, ANIMADOR así lo califica el Suplemento “VILLA REGINA LA PERLA DEL VALLE EN SUS 50 AÑOS” del Diario “LA NUEVA PROVINCIA”, miércoles 6 de noviembre de 1974 (páginas 34-35) y agrega:  “Don Emilio Bignami, con sus 83 años, puede contar la historia de Villa Regina, punto por punto. Toda la historia y la prehistoria de esta joven población, que llega a su cincuentenario. Fue fundador, pionero y animador de aquellos primeros días, cuando todo era incierto y duro”.

Se transcribe lo publicado en el Diario "La Nueva Provincia" en 1.974.

LA HISTORIA ES UN HOMBRE.
EMILIO BIGNAMI EL HOMBRE QUE FUNDÓ VILLA REGINA ANTES QUE VILLA REGINA SE FUNDARA…

Siete años en la vida militar incluyendo cuatro de la guerra europea, ocuparon los años jóvenes de Emilio Bignami. Como tantos otros italianos en una Europa desangrada, fatigada y con escasas perspectivas, Bignami aceptó el sueño y el reto de América, la promesa ubérrima. Y se vino. A principios de mayo de 1924, llegó a esos lugares del Alto Valle, acompañando a un amigo. Aún no había decidido su futuro, y con el compañero quisieron ir hacia el norte, a Jujuy, a vender una partida de cristales de Murano. Alguien robó la mercadería y ambos debieron recalar en Buenos Aires. Aquí ocurre un acontecimiento que había de modificar todo el trazado de una vida.
Oigamos el relato del mismo Bignami:
- “Tuve que ir por una gestión particular al Banco Francés e Italiano de Buenos Aires. Fue una apasionante sorpresa que me encontrase con un amigo de mis mocedades, que ocupaba una alta función de asesora en ese establecimiento. Por entonces se proyectaba atraer vastos contingentes de inmigrantes italianos, que después de la guerra, habían quedado sin ocupación. Era la Compañía Italo Argentina de Colonización, la que pretendía volcar parte de esa corriente italiana hacia la zona del alto valle, aprovechando los siempre crecientes canales de riego. El ingeniero César Cipolletti había confiado y reiterado la promisoria riqueza del valle rionegrino. Su yerno, el ingeniero Felipe Bonoli, estaba a cargo de la dirección de esa compañía.
Pero fue necesario hacer un estudio del terreno para fundamentar las razones y posibilidades al momento de trasladar esos contingentes.
“Todas las Mañanas…”
“Se me enmendó esa tarea –dice Bignami- por especial deferencia de ese, mi amigo, a quien encontré en el banco.
Llegué y como no había fonda ni lugar disponible para albergarme, después de andar de aquí para allá, bajo cualquier techo de galpón, me dispuse a construir un rancho en lo que Ingeniero Huergo.
Desde allí cada mañana a caballo, con mi teodolito, andaba por estas tierras desaladas, buscando el lugar más adecuado para fundar la población.
Presenté el informe, que fue aceptado por el Banco y la Compañía, y se iniciaron las tareas para el traslado de mis paisanos. Fueron llegando de a poco, todo era duro, los primeros días, los primeros días la gente se  sentía empequeñecida frente al paisaje enorme, solitario, infinito, al parecer…”
“Se entregaban lotes a cada colono, por un valor de cien pesos. Y en el primer trabajo, sólo se sembraba alfalfa. Pero las respuestas no se daban enseguida. Y muchas veces eran escasas. Había que esperar y era mucha la distancia del pueblo natal y más aún la de un probable bienestar. Todo era muy duro, amigo. Muy duro, -nos dice este capitán del ejército italiano que peleó en dos guerras, y debió pelear aquí años y años, contra el enemigo impersonal de la incertidumbre, de la noche misteriosa, de los caminos desolados que sólo llevaban a otras soledades. Por eso, muchos desertaron y se fueron a fundar la Colonia Centenario. La historia, después –dice Bignami- fue muy áspera.
Hubo mucho descontento con la Compañía de Colonización. Hubo fricciones, pasamos  momentos muy dramáticos. Hubo desalojos. Y sobre todo, hubo mucha pobreza, mucha necesidad y también miseria. Pero aquí estamos –nos decía enseguida consolándose de sus amargos recuerdos- aquí estamos en la ciudad tan linda ¿Nole parece linda esta villa? Es un paraíso.
Recuerdo la primera escuela, el hospital que tanta falta hacía, el primer puesto policial. “Todo era primero” dice el pionero.
Emilio Bignami trabajó con la compañía, estuvo en todas las tareas comunitarias, fue intendente municipal, autor de numerosas iniciativas de bien común a las que prestó su apoyo.
Posee actualmente una de las más modernas plantas de empaque y en su casa –una casona de típica arquitectura rodeada de un parque- transcurre su 83 aniversario evocando aquellos tiempos.
Hoy que Villa Regina está en el medio siglo, es el único sobreviviente del grupo director que fundó la villa.
Conversa con nosotros y todo en él son recuerdos apretados hasta de las cosas más sencillas, porque en su corazón, ellas tienen valor altísimo. “Si algo debo decir, como enseña este medio siglo, es esto la importancia de los caminos pavimentados, que son la base más fecunda del progreso.

Gentileza para ¡BIEN DE REGINA!: Señor Pablo La Rosa.

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