domingo, 16 de agosto de 2020

El 12 de agosto del 87, en “La gomería”, trece personas, ocho de ellas actores del TeN, firmaron el Acta Constitutiva de la Cooperativa de Trabajo Artístico “La Hormiga Circular”. Una gomería que se transformó en sala.

Una gomería que se transformó en sala.
Por 1984 se constituyó en Villa Regina el grupo de Teatro Nuestramérica (TeN), que durante sus primeros tiempos trabajó intensamente para consolidar un proyecto que superara la coyuntura y permitiera trascenderse a sí mismo, creciendo, desarrollándose y permaneciendo. Por un lado necesitaban emerger tras años de oscuridad y silencio, y generar espacios de expresión y encuentro Por otra parte, querían recuperar la historia del Movimiento Teatral Reginense mutilada en el 76. Y tuvieron que encontrar una forma de organización que contuviera su ideología y filosofía de vida. El 12 de agosto del 87, en “La gomería”, trece personas, ocho de ellas actores del TeN, firmaron el Acta Constitutiva de la Cooperativa de Trabajo Artístico “La Hormiga Circular”. A veinticinco años de aquella jornada, La Hormiga no sólo llevó adelante un modo diferente de hacer teatro en Argentina, sino que sostuvo y jerarquizó sus premisas con creciente calidad en sus productos y una capacidad organizativa demostrada en circuitos, ciclos, encuentros, fiestas regionales y nacionales, talleres… Hoy es referente insoslayable entre los teatreros de todo el país. “Cuando fundamos Grupo de Teatro Nuestramérica, veníamos de la Escuela Municipal de Arte donde estrenamos pero no podíamos dejar las cosas porque nos usaban todo. La directora de la Escuela nos dijo que su marido tenía una gomería cerrada, abandonada y nos dieron el depósito para ensayar. La convertimos en sala. Allí hicimos por primera vez “La bolsa de agua caliente” de Carlos Somigliana. Pero para cada función teníamos que traer las sillas de la escuela y devolverlas al día siguiente. Sentimos la necesidad de encontrar una sala propia. El predio donde se encuentra actualmente la de La Hormiga (Avenida 9 de julio 124) era céntrico abandonado, del ferrocarril. Allí había funcionado una cooperativa agrícola (Flor del Manzano) que se incendió en 1982. Era un espacio abierto con piso asfaltado, le pusimos una lona y presentamos “El cuento del petróleo”. Más tarde levantamos tres paredes”, recuerda ahora Tatalo.
Publicado en Diario "Río Negro", 12 de agosto del 2012.

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