jueves, 16 de agosto de 2012

Semblanza de un salesiano. Padre César Rondini.


SEMBLANZAS DE UN SALESIANO.



Nuestra ciudad está ubicada al norte de la Patagonia, en la provincia de Río Negro, Departamento de General Roca, surcada por el Río Negro limita con las provincias de Neuquén, La Pampa, Buenos Aires y  Chubut.

Cuando hablamos de Patagonia, no podemos dejar de evocar a Don Bosco y su visión. Desde un comienzos estuvo en su imaginación y en sus proyectos abrir casas salesianas en la Republica Argentina, un país en el que la evangelización tendría que dar sus frutos.

Haciendo un poco de historia, nos podemos remitir al año 1875 cuando un grupo de sacerdotes a cuya cabeza se encontraba Juan Cagliero, a quien acompañaban sacerdotes como el padre Fagnano, Tomatis, Baccino y V. Cassinis, coadjutores, maestros de gimnasia, de música, carpintería, maestro zapatero y también un administrador, llega al puerto de Bs. As, habiendo partido desde Génova. Este grupo se  dividió, y fundó en dos lugares colegios; uno a cargo del Padre Fugnano en San Nicolás y otro a cargo del P. Cagliero en La Boca, este último era un lugar muy apropiado para el trabajo de un salesiano, porque era cuna de inmigrantes y marginados.

Fueron arribando otras expediciones desde Europa con distintos objetivos, primero en tierras uruguayas y a otras zonas como Patagones, Carhué y Santa Cruz, aunque el objetivo de Don Bosco era: evangelizar en la Patagonia.

De a poco fueron ganando las extensiones que tenía el país en la zona patagónica, debiendo superar contingencias, ya otros religiosos habían intentado la evangelización encontrándose con situaciones adversas viniendo  desde Chile  y  siendo mártires de sus objetivos como Marcardi, Laguna, Elguea.

Pero los salesianos fueron infatigables y los pioneros Patagónicos en la misión de evangelizar. El padre Milanesio lo hacía con la táctica “de buscar gente  en su casa”.

Oficiaron de salvadores de almas, de médicos, cultivaron la tierra, para abastecer los colegios de niños y también de niñas, ya que la Hijas de María Auxiliadora, también fueron ocupándose de las niñas necesitadas desde que llegaron en 1896.

Así desde Bahía Blanca hasta Tierra del Fuego los hijos de Don Bosco fueron creando colegios de distintos niveles, y siguiendo los deseos de su fundador lo hacían con oratorio, capillas, parroquias e iglesias.

Y en el Alto Valle tuvimos al Padre Alejandro Stefenelli y al P. José María Brentana.  El primero fue uno de los pioneros del desarrollo del Valle. Fue el fundador de la Escuela Experimental de Agricultura y luego del Colegio San Miguel.

En nuestra colonia se hizo cargo el P. Marcelo Gardín en el año 1928, encontrando a su llegada poca cosa en la iglesia y lo primero que comenzó a planificar fue  construir colegios salesianos. Como todo hijo de Don Bosco recorría  las casa encontrando abandono de la vida religiosa. Buscó trabajar con los jóvenes, conformando un consejo directivo con un milanés, un vicentino, un friulano y un trentino ( J. Borando, F.Viero, D. Rotter y G. Angelli)  y así comenzó su trabajo de cura gaucho en la región., con muchas anécdotas y pequeñas historias que se guardan en el Libro Parroquial.

      César Rondíni fue otro infatigable salesiano que llegando a Villa Regina pensó en las enseñanzas de su maestro Don Bosco.

      Pero.. ¿quién fue el Padre César?  Es muy larga y productiva su historia de vida; sus raíces, su familia, su tierra en la primera infancia., su vocación…

      Hijo de dos inmigrantes italianos Graciano y Filomena, nació en la Ciudad de Médanos el 5 de febrero de 1919 , fueron 14 hermanos, que crecieron en el seno de una familia muy unida, con el apoyo de unos padres de gran carácter, y muy trabajadores que brindaron a su prole amor y equilibrio., además de los abuelos de gran espíritu religioso que prodigaron a  sus nietos (entre ellos a César) las enseñanzas de las oraciones y rezos periódicos.

      Desde pequeños estuvieron todos los hermanos acostumbrados al trabajo y a colaborar con sus padres en el ahorro y el sacrificio, la asistencia al colegio se hacía dificultosa debido a múltiples problemas y los hijos mayores iban creciendo, hasta que pudieron asistir a Colegios Salesianos en Stroeder tal el deseo de mamá Filomena, salvo los dos hermanos mayores que mucho habían crecido..

      Ya en ese entonces conocían al Padre Consonni, que iba a marcar la futura vida vocacional del Padre César.

      Él había seguido de cerca y observado a ese niño tan particular, serio , simple y hombrecito, viendo la posibilidad de una vocación sacerdotal; por ello le preguntó en una ocasión: ¿Querés ser como yo?, recibiendo una respuesta afirmativa de parte del interesado, que solicitó permiso a su madre primero y a su padre después recibiendo de ambos la misma respuesta. Logrado el ansiado permiso se marchó a Fortín  junto  con el padre en su viejo auto, contaba  el padre césar que al marcharse vio a su padre despedirse con llanto en sus ojos, y que fue esa la única vez que lo vio llorar, tenía entonces 14 años (la misma edad que contaba su padre cuando vino para Argentina).

            Su mamá Filomena tuvo un papel muy importante en su vida, apoyó y respetó su decisión, es como si en su vida el paralelismo con Don Bosco también se hubiera dado en este aspecto. Salesiano de alma. De Fortín pasó a Rawson , en la Provincia de Chubut, a Stefenelli (Gral Roca), el Colegio San Miguel, a Comodoro Rivadavia.     

          Por problemas de salud  fue enviado a Bahía Blanca,  lugar donde se encuentra como Director  el Padre Consonni que le había dado la vocación, y en donde se acentúo su fe por la Virgen María Auxiliadora. a quien invocaba con profunda esperanza  para que le ayudase a ser  salesiano y poder trabajar con los más pobres tal cual era su vocación.

            La virgen lo ayudó porque allí comenzó a trabajar con los jóvenes necesitados económica y afectivamente tal cual lo hizo Don Bosco. A pesar de sus persistentes problemas de salud, sobrellevó sus estudios de Teología durante cuatro años, atendiendo los Oratorios festivos, y arreglando ropa en la sastrería en los momentos libres.

            Transcurre así otra parte de su vida sacerdotal que fue pasando por  momentos difíciles, distintos lugares y cargos, como el de Director de Estudios de La Piedad primero y Administrador luego, cargo muy austero por esos momentos debido a la falta de ayuda y subvenciones, salvo las cooperadoras que pasaban casa por casa recolectando ayuda.

            Estando en Bahia Blanca llega la sorpresiva  nueva obediencia teniente cura de Villa Regina.  De manera imprevista, para ese tiempo se cierra el pupilaje. Fueron momentos de tristeza para el Padre César por dos motivos muy importantes, fallece su hermana Marieta y debe dejar el colegio que el tanto quiere La Piedad para trasladarse a Villa Regina.

            Esta decisión de sus superiores produjo en el Padre gran tristeza y desánimo porque llegaba a un lugar totalmente desconocido y sin grandes actividades, además de alejarlo del lugar donde había comenzado a hacer realidad sus ilusiones, la de trabajar con los jóvenes.

            Comenzaría aquí en Villa Regina un nuevo camino para él y seguirían dándose las similitudes con la vida de su Padre Don Bosco. Recibió el mismo impacto que tuvo Don Bosco  cuando llegó a la ciudad de Turín  el abandono y la marginación en los alrededores de la ciudad.

            Había que empezar a trabajar allí donde Dios lo había mandado. Cuando el Padre conoció la Iglesia  decidió  trabajar  en los barrios y con la educación, combatir la ignorancia y darle formación a los necesitados que eran muchos, para poder -llenar la iglesia -decía él.

            En Villa Regina en aquel entonces funcionaban tres escuelas de las cuales una era rural y funcionaban en tres turnos y con numerosas secciones, los niños incurrían en muchas inasistencias  y se iban quedando, por lo que el Padre cuando vio esa realidad pensó en hacer algo.  Ese algo consistía en comenzar a trabajar por aquellos casi quinientos niños sin escolaridad. Primero lo hizo en la Parroquia y dando refrigerio a los niños que por allí pasaban. Por ese entonces(1959) comenzó a trabajar en el hoy Barrio Don Bosco, en ese momento Buenos Aires Chico, en realidad era un lugar  muy humilde y estaba ubicado en la zona de chacras, y no contaban con los servicios básicos de un barrio. En un principio lo acompañó el Padre Pompermayer  para dar misa en el barrio. Era el momento del “Circo de Dios” (un camión con acoplado con elementos para entretener) y así iba misionando

            El Padre encontró por suerte un terreno donde podía levantar una escuela, su dueño era Eugenio Tripailao y el lugar estaba reservado para ella. Un cura con sotana, boina, primero en bicicleta y luego en  moto no era común y menos que trabajara. La sotana fue su vanguardia porque nunca se la sacó. Al comienzo este cura un poco resistido y mirado con desconfianza se ganó el corazón del barrio.

            Mucho se trabajó, muchos fueron los vecinos que ayudaron, los niños se iban acercando poco a poco, se hacían  rifas, colectas, se aprovechaba en la fiesta patronal a la que concurría mucha gente. En el año 60, el 4 de Abril se pudo inaugurar la escuela Don Bosco que fue un salón dividido en dos aulas con 60 alumnos,

           Recorría muchos kilómetros en el viejo jeep que tuvo después de la moto y se lo solía ver recorriendo el barrio.

La llegada del padre al Barrio fue providencial, porque mucha cosas cambiaron desde entonces, sin descontar la ayuda incondicional de muchos vecinos y familias.

            De a poco el barrio fue cambiando por lo que fue necesario cambiarle el nombre por lo que el Padre lo dedicó a Don Bosco, lográndose con mucho sacrificio otros  servicios como el agua, el gas, la luz blanca para las  calles y de a poco se fue cristalizando el sueño del Padre en ese barrio tan querido para él.         

            Otro de los barrios con muchas necesidades económicas, culturales sociales y espirituales que había en nuestra ciudad, fue el barrio Antártida Argentina llamado así por las características de salinidad del terreno de su asentamiento. Los integrantes de este barrio eran en su gran mayoría de procedencia chilena.

            En un principio el Padre Rondini pidió a su párroco la construcción en el barrio de la capilla San Sebastián, autorizada la misma el padre oficiaba misa allí aún antes de concluirla porque lo hacía sin contar aún con piso y cielorraso.

Los vecinos sabiendo lo acontecido en el barrio Don Bosco también solicitaron al padre una escuelita, las necesidades de escuela eran las mismas aludidas en el barrio citado.

Las condiciones estaban dadas, había niños, los  vecinos querían escuela y estaba la capilla por lo que con la autorización del párroco comenzó a funcionar la escuela-capilla en setiembre de 1962.

            Después de poner en marcha estas obras, el padre Rondini debía seguir con el mandato de Don Bosco, (traducir su esfuerzo en obras).

            En el barrio denominado Tonini, cercano al centro de la ciudad, no había escuela ni capilla, por lo que el padre decidió ponerse a trabajar, aunque su idea era primero una capilla y después una escuela, los vecinos opinaban lo contrario, seguía esa idea en él.

            El barrio estaba predispuesto y por otra parte hacía falta. Y en enero de 1965 se construye un galpón de chapas para guardar material y herramientas de construcción. Se hizo una recorrida por el barrio buscando e inscribiendo alumnos en el mes de febrero, con gran aceptación de los vecinos que esperaban una escuelita.

Las aulas se comenzaron pero no se habían terminado y el objetivo era empezar ese ciclo lectivo, por lo que se acondicionó el galponcito, se consiguieron bancos, un pizarrón, tizas y un borrador y en marzo de ese año se comenzó el ciclo lectivo con un primer grado en el “colador” llamado así por los chicos por la gran cantidad de agujeros  que tenían las chapas que no estaban muy buenas que digamos.

            Ese fue el primer paso y así comenzó a funcionar la escuela Niño Jesús, el padre le puso ese nombre porque solía recibir mucha correspondencia de un Colegio Niño Jesús de Colombia y le gustó ese. Ya para el 24 de Mayo las aulas estuvieron terminadas y el Padre Caviale les dio su bendición en el día de la Virgen, entonces los niños dejaron el “colador”.

            Esta escuelita estuvo muy  apoyada por los vecinos, aún de aquellos que no tenían hijos en edad escolar que tomaron la responsabilidad de su concreción como algo muy particular.

            Como sucedió con otras de las escuelas, el padre vio la necesidad de una escuela para los mayores que egresan de los colegios, por eso pensó en un secundario y  las clases comenzaron en la antigua capilla en marzo de 1965, pero en mayo del mismo año como se hizo en el Niño Jesús se realizó la bendición por el Padre Cabiale  recibiendo el nombre de Instituto Técnico Nuestra Señora del Rosario.

            El Padre Rondini siempre tuvo una preocupación muy grande por los más pequeños, y con la cita de Napoleón de que “al niño hay que educarlo veinte años antes de que nazca”, deseaba e insistía que los niños comenzaran a ser formados intelectualmente desde muy pequeños, por eso le dio un gran empuje a las salas de Jardín de Infantes y decide crear el Jardín “Rayito de Sol”, poco tiempo después de iniciado el nivel primario de Niño Jesús.

            Fue reforzando con el correr de los años la idea de que lo mas pequeños tuvieran su espacio propio, por eso tuvo premura para que eso sucediera, y destinó un terreno cercano para el edifico que tenía in mente desde hace mucho tiempo ”un castillo para los más chiquitos” como él decía - “algo que entrara por los ojos y les llenara de curiosidad”.

            Se convocó a un grupo de personas allegadas a la obra y que tenían niños en la escuela, para conformar un equipo de trabajo y poder concretar la idea del padre.

            A pesar de que el padre cayó enfermo por una afección cardíaca y trasladado a Bs. As. el grupo se empeñó con el compromiso de trabajar y siguió adelante con la obra. En marzo de 1994, se inauguró el tan esperado castillito como lo llaman cariñosamente los niños del Jardín de Infantes “Rayito de Sol”

            La obra fue creciendo y creciendo la necesidad de contar con un lugar amplio para esparcimiento y recreación, por eso adquirió el Salón Or.Es.Pa. en que funcionó una antigua panificadora, actualmente transformado en un hermoso salón de usos múltiples.

  Y … siguió Pago Chico, que en un principio se utilizaba como cancha para eventos deportivos, para doma de potros pero con el correr del tiempo, fue aprovechada para las fiestas chilenas (ramadas).

            Después como la población fue aumentando, el padre obtuvo una parcela de 20 hectáreas, actualmente la isla 61 Nuestra Sra. De Luján, donde se plantaron los primeros álamos. De a poco y también con la ayuda de donaciones fue creciendo, trasformándose en el lugar de recreación para los niños de los hogares y de las escuelas; sin dejar de destacar que de allí proviene carne vacuna, porcina, aves, leche, conejos, para el abastecimiento de los hogares.

         Después le tocó el turno Casa de Nazareth terreno que el padre recibió en Las Grutas en el año 70, actualmente un hermoso Complejo habitacional que es utilizado por los niños de los Hogares para su veraneo, fruto de una donación realizada por los hermanos Sara y Felipe  Torroba Llorente de España, a la obra y que el padre no pudo ver, porque se realizó una semana después de su fallecimiento pero cuyos familiares conocieron y satisfechos aprobaron la decisión tomada al ver la obra realizada por el padre.

            El padre siempre aspiró a que los alumnos de las escuelas continuaran formándose en la Institución Salesiana, por eso la idea del Instituto Técnico; pero por razones de demanda, muchos de los alumnos egresados quedaban sin vacantes. A esa dificultad el padre también le encontró una solución y fue construir una nueva escuela. Lo hizo en el terreno de la Escuela Don Bosco y así nació el Colegio Secundario Don Bosco, que comenzó a funcionar en forma provisoria en el Colegio primario.
                 Y… llegaron los Hogares, que surgieron como una necesidad de tipo social; ya que como vivimos en una zona donde predominantemente tanto hombres como mujeres trabajan en los galpones de empaque y tareas rurales en las chacras, los hijos quedan solos, durante muchas horas. Y comenzó el 1967 con las hermanas Franciscanas en Don Bosco, más tarde se continuaría con Niño Jesús. Pero por necesidad y siguiendo los pasos de Don Bosco, el padre pensó que a ciertos niños era mejor internarlos para evitar que se transformaran en niños de la calle. Por esa razón comenzó a funcionar el Hogar con un pequeño grupo de niños que se fue ampliando. Estos hogares si bien fueron creados para niños de Villa Regina, albergaron a niños de distintos puntos de la provincia.

                Así continuo el CAAN (Centro de Atención al Niño) con las comodidades y rincones adecuados para que los pequeños que a él llegan encuentren un lugar grato para superar las dificultades sociales por las que allí llegan.

            Teniendo presente los caminos trazados por  Don Bosco y sus palabras de “Formar y capacitar ciudadanos” el padre opinaba que era necesario formarlos estimulando en ellos la cultura del trabajo y más que regalar el pan hay que enseñar cómo se lo gana”. Por eso surgieron  los talleres que fueron funcionando de acuerdo a la demanda de los internos, como carpintería, costura, imprenta, mecánica, cerámica, zapatería, herrería, electricidad, panadería y pastas, práctica agraria,  granja y otros de economía doméstica.

            Por la misma necesidad de dar contención a los niños fue que pensó en el Centro Cooperativo Laboral “Mamá Margarita”. En este Centro se han dado algunas características de prioridades en lo que respecta a detección y seguimiento ya que cuenta con personal especializado para ello, como sicólogos y asistentes sociales.

El Personal de la Obra está muy satisfecho de este Centro que en cierta forma por ser la escuelita más joven, vino a colmar los deseos del Padre por la contención y capacitación de sus niños necesitados.

            El Padre Rondini, hombre de lucha permanente, siguió trabajando aún a pesar de haber superado una dura enfermedad: una afección cardíaca grave (endocarditis bacteriana), que lo sometió a una intervención de cirugía mayor.

…Poco a poco fue restableciéndose, y su regreso a Villa Regina, estuvo lleno de satisfacciones. Posteriormente a su llegada se le organizó una gran fiesta a nivel municipal, en la que se le otorgó el título de “Ciudadano Ilustre” de la ciudad de Villa Regina.

Los amigos de la Obra ORESPA, saben de los desvelos del Padre y cómo cambió su vida con su enfermedad, pero también sabían que el 29 de abril él había nacido de nuevo.

            Durante casi diez años más después de su operación, continúo trabajando y empujando a su equipo de colaboradores para seguir el rumbo que él se había trazado, aunque su salud  no lo acompañó,  se notaba que por momentos en los últimos años que las fuerzas le iban fallando, pero él decía siempre “estoy preparado”, pero si me puedo quedar un poquito más mejor, pensaba que aún había mucho por hacer.

            Se lo notaba haciendo esfuerzos para sobrellevar su estado, pero se iba apagando de a poquito, se lo notaba cansado y cuando recorría la obra lo hacía con un andar cansino y manos en sus bolsillos, mirando y dando todavía indicaciones, hasta último momento, aunque su mirada triste decía que sabía que se acercaba el momento de hacer su último viaje.

            El día 17 de Agosto, aniversario de la muerte de otro grande también se va  él, muy temprano y en silencio, dejando un enorme vacío en todas aquellas personas que lo conocieron y conocieron lo mucho que hizo en la comunidad.

      Si tuviéramos que sintetizar la personalidad de este salesiano se lo podría definir como:

            Un salesiano que predicaba con su ejemplo de trabajo y siguiendo los pasos de su antecesor Don Bosco buscando siempre que los demás encontraran el lugar adecuado para satisfacer su espiritualidad, como lo hizo con las capillas de Don Bosco, Antártida Argentina y Niño Jesús,.

            Un hacedor de escuelas en su incansable deseo de levantar centros para la educación y formación de niños y jóvenes.

            Un pastor ;que tuvo siempre la palabra y el gesto espiritual para quien lo necesitara, y en quien encontramos un paralelismo notable con su inspirador Don Bosco en numerosas situaciones de su vida, ya sea de niño, joven o adulto sacerdote.

            Un hombre tenaz y luchador, que trabajaba hasta lo último para lograr su cometido, buscando el bien común.

            Un padre, con un paternalismo profundo en su ánimo de proteger a los desamparados y necesitados, especialmente los niños, los jóvenes, ancianos y los pobres, tratando de prodigarles las herramientas necesarias para valerse a lo largo de la vida.

            Los tiempos han cambiando y desde aquellos trueques que sirvieron para comenzar a intercambiar los distintos elementos que servirían y aún sirven para mostrar muchas de las paredes de estas obras, han pasado muchos años... pero las  ganas de continuar también, esto en homenaje a un gran trabajador, un hombre de fe, hombre fiel a quien le marcara su camino: Don Bosco; el Padre César,  un gran visionario  que tuvo como objetivo la necesidad permanente de mirar hacia delante, por los niños, los jóvenes, ancianos y los más necesitados. 

                                                     Fundación Padre César Rondini.   

 

       



1 comentario:

  1. Hermoso Regina, hace años la visité y no solo me llamó la atención el indio Comahue ó la manzana colgada a lo alto, sino el Colegio Don Bosco,
    ¡que gran obra del sacerdote César Rodini!.
    Cuando visité el Colegio, hubo algo que al pasar de los años me quedó por preguntar y es ¿porqué habían tantos chicos pelirrojos en el Don Bosco ?
    Han pasado algunos años,yo fuí en el año 2000, tal vez desde esa época cambió, tendré que ir a averiguarlo y sacarme las dudas.
    En conclusión, yo pensé que sería producto de algún tipo de alimentación especial ó alguna familia de pelirrojos que daba a sus hijos en guardería, vaya a saber, lo preguntaré
    Duda que tendré que preguntar en mi próxima visita al lugar.

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