Un gran edificio para “Círculo Italiano”.
Para la construcción de la nueva sede social fue preciso
realizar numerosísimas gestiones y disponer de una importante suma de dinero.
El 6 de agosto de 1947 se conformó una Comisión Financiadora para hacer frente
a este ambicioso proyecto. La integraron en primer instancia los señores Luis
Berola, Francisco Pietrini, Humberto Busín, Emilio Bignami, Cassiano Rosina,
Vicente Muner, Héctor Griffoni, Victorio De Giusti, Francisco Mungai, Aldo
Milanesi, Jaime Picotti, Pedro Biggi, Ferdinando Ferravante, Federico Tasca,
Luis Ciochetti. Elio Perazzoli y Ernesto De Bortoli, luego se sumaría Guido
Pancani.
Los fines propuestos eran: 1°) proveer a la financiación
necesaria para la adquisición de materiales y para comenzar la obra de
construcción del nuevo edificio, 2°) solicitar $ 200.000 m/legal en calidad de
préstamo al Banco de la Nación o a otra institución bancaria, 3°) firmar las
obligaciones a contraer con responsabilidad y fuerza solidaria con vencimiento
a 6 meses y opción a 6 meses más.
La Comisión .duraría hasta que Círculo Italiano devolviera
el capital facilitado. Se nombró así mismo una Comisión Ejecutiva con el
propósito de tramitar los préstamos y realizar las gestiones necesarias,
integrándola los Sres. Luis Berola, Francisco Pietrini, Jaime Picotti, Héctor
Grifoni y Pedro Biggi. El nuevo edificio contemplaba una amplia sala de
espectáculos con dependencias adecuadas para ella, biblioteca, buffet,
servicios sanitarios y otras comodidades. Se calculaba un costo de $ 200.000.
Puesto que Círculo Italiano no poseía aún la Personería
Jurídica y ésta era una condición necesaria para obtener un préstamo de las
Instituciones Bancarias, se buscó una persona que gozara del aprecio y
confianza de todos para escriturar la propiedad a su nombre. La nominación recayó
en el Sr. Luis Berola, quien aceptó el desafío. En el momento de escriturar el
Sr. Berola firmó un compromiso de traspaso de la propiedad a Círculo Italiano
que se efectivizarla al momento de obtener la Personería Jurídica. Asimismo era
preciso reunir los fondos necesarios para realizar los pagos y para ello se
invitó a socios y simpatizantes a participar de la compra.
Con este objeto se establecieron una serie de condiciones:
a) se reconocería un interés del 4 % anual, b) los socios que prestaran $ 500 serían
nombrados “Socios Beneméritos” y c) se entregaría al socio diez entradas para
el cine por año y por cada $ 100 que suscribieran. Una vez reunido el dinero la
adquisición de la propiedad se realizó en un remate efectuado en Buenos Aires
y, como se había establecido, el Sr. Berola la efectivizó a su nombre.
Con el primer préstamo de m$n 200.000, obtenido en el mes de
enero de 1948 del Banco de la Nación Argentina, se compraron buena parte de los
materiales, iniciándose la construcción del edificio y culminándose la Planta
Baja. Los trámites para obtener el préstamo del Banco Hipotecario habían estado
paralizados por dos causas: por la falta de Personería Jurídica de Círculo
Italiano y por la existencia de una hipoteca a favor de la sociedad ICLE. La
Comisión Directiva decidió entonces saldar esa deuda hipotecaria. A los 9 meses
la Comisión de Socios Financiadores tenía contraídas en calidad de deudas, con
garantía personal y solidaria, las sumas de: $ 245.000 con el Banco de la
Nación, $ 120.000 con el Banco de Río Negro y Neuquén, más los préstamos
personales a los asociados en un total de $ 67.620. Aún no se había logrado
obtener el préstamo solicitado al Banco Hipotecario Nacional. En esa fecha la
Comisión solicitó al Banco de Río Negro y Neuquén otro préstamo de $ 50.000 con
su garantía con el fin de no paralizar los trabajos de construcción. Se sumaron
a ello numerosas tramitaciones con el objeto de obtener colaboración de
distintas instituciones: Consejo Nacional de Educación Física, Ministerio de Industria
y Comercio, Casa de la Moneda de la Nación, Secretaría de Industria y Comercio,
Embajada de Italia, Gobernador del Territorio de Río Negro. Los Sres. Pietrini
y Biggi se trasladaron Bs.As. con el fin de entrevistarse con el Comm. Romeo
Fiori de la Embajada de Italia, el objetivo era ver la posibilidad de un
eventual préstamo. Los atrasos experimentados en el otorgamiento de la
personería jurídica generaron una dilación en la tramitación del préstamo
solicitado al Banco Hipotecario Nacional, préstamo con cuyo dinero se
planificaba efectuar toda la obra. Por esta razón la Comisión Financiadora
debió contraer varias obligaciones con Instituciones Bancarias para proseguir
con la construcción iniciada. 83º Aniversario.
Esta empresa demandaba todos los recursos disponibles, tanto
materiales como humanos. Se recurrió así al remate de los materiales derivados
de la demolición del primitivo edificio social que no tendrían utilidad en el
nuevo salón. La venta de los objetos: cabriadas de pino, marcos de madera con
sus ventanas, banderolas y vidrios, puertas de madera y de hierro, chapas para
cielorraso, etc., fue encargada al rematador local Manuel E. Linares. La
Comisión contrató para la conducción general de los trabajos de construcción al
vecino y socio Sr. Gino Iogna, con las responsabilidades correspondientes a un
constructor bajo la dirección técnica del arquitecto Sr. Federico Wermer. Este
profesional se hizo cargo de la obra en enero de 1948, viajando en forma
periódica desde Bs.As. para supervisar los trabajos. El edificio se construyó
con bloques de cemento. Los sábados y domingos los jóvenes asociados se
acercaban voluntariamente para realizar los pesados trabajos de hormigoneado.
El Sr. Roberto Morel, que se había desempeñado como encargado del cinematógrafo fue mantenido como empleado en concepto de sereno de la parte del local que quedaba sin demoler y como supervisor del movimiento de los obreros y materiales de la obra formulando las correspondientes notas y detalles de la contabilidad, además de continuar desempeñándose como recaudador de las cuotas sociales y distribuidor de eventuales circulares e invitaciones a los socios. Muchos fueron quienes colaboraron durante esos casi cuatro años para hacer posible la construcción, también numerosos los que trabajaron en ella. Recordemos entre ellos a los armadores del hierro: los Sres. Gino Iogna y Livio Zuliani, el encofrado en madera fue obra de los Sres. Della Vecchia y Tasca, los andamios y tablas los facilitó el Sr. Francisco Pietrini, los Sres. Damen y Federico Tasca realizaron los trabajos de carpinterías, Nelo Liberati, Santiago Collino y Berto Benedetti fueron los electricistas. Para dirigir los trabajos en yeso se contrató a una empresa de la Capital Federal.
En 1951 las obras estaban aún inconclusas, el tesorero, Sr.
Jaime Picotti informó en una Asamblea que la Asociación se encontraba sin
fondos para proseguir. Del préstamo obtenido del Banco Hipotecario Nacional de
m$n 605.000 se habían cobrado m$n 235.000 correspondientes a la 1° y 2° cuotas.
Notificó asimismo que se necesitaban otros 600 o 700 mil pesos para comprar los
materiales faltantes y proseguir con los trabajos para la terminación del
edificio. Hizo notar que diariamente aumentaban los precios de los materiales y
de la mano de obra y toda demora acarreaba fuertes aumentos en el costo general
de la obra. Se resolvió pedir un nuevo préstamo de $ 200.000 al Banco de la
Nación Argentina. Se tomó además la resolución de emitir un empréstito hasta la
suma de m$n 500.000 a cubrirse entre los socios con bonos nominativos
intransferibles, no cotizables en la Bolsa, de un valor nominal de 25, 50, 100,
500 y 1.000 pesos, con una renta del 4% anual a pagarse al final de cada
ejercicio. La vigencia del empréstito era de 20 años.
El reembolso se efectuaría después de 3 años de la fecha de
emisión, mediante sorteo que fijaría anualmente la Comisión Directiva en base
al monto de utilidad neta de cada ejercicio. Estos fondos se utilizaron para
amoblar los locales, butacas, cortinados, muebles, accesorios para la
confitería, bar, salón de fiestas, escritorio, boletería, sala de
administración, biblioteca, etc. Con sucesivas inversiones se logró avanzar en
la construcción y finalmente en 1952, el 10 de marzo, se pudieron inaugurar las
nuevas instalaciones que se convertirían en el orgullo de los reginenses. Al
año siguiente se inauguró la Confitería que se dio en concesión. En 1956 aún
mantenían una deuda considerable que llegaba a los $ 600.000. Recién cuando se
cumplieron las Bodas de Oro de Círculo Italiano, en 1976, fue posible cancelar
el crédito con el Banco Hipotecario Nacional. Entre los años 1956 y 1960 fue
necesario establecer la modalidad de “socios sostenedores”. Alrededor de 500
asociados aportaron un mínimo de $ 1.000 como empréstito tomado por el Círculo
Italiano sin fecha de vencimiento y al 8 % anual. Estos socios sostenedores
abonaban la mitad de la cuota social que pagaba un socio activo y se le iba
descontando del capital prestado. Con gran esfuerzo y sacrificio todos ellos
hicieron posible el crecimiento de la Institución.
Testimonio: Juan Bautista Iogna.
“El edificio está todo construido de hormigón y cemento,
ahora ya no se trabaja así”
Se llama Juan Bautista Iogna (Tita), nació en el Friuli,
Italia, hoy tiene 85 años, es la única persona aún con vida que trabajó en la
construcción del edificio de Círculo Italiano. Sus primeras incursiones en el
trabajo de la construcción las realizó en Francia, allí trabajó cinco años
adquiriendo la habilidad de moldear el yeso. Esta experiencia le permitió la
ejecución de todas las molduras en yeso del Teatro, con la colaboración de su
hermano Modesto Iogna y bajo la dirección de una empresa de Buenos Aires. “Era
un trabajo muy delicado, había que saber trabajar el yeso para que quedase
bien. Cuando Gino Iogna fue nombrado capataz de la obra enseguida nos llamó a
mi hermano y a mí, porque él sabía que éramos buenos albañiles y gente de
trabajo . También estaba Velino Iogna, que era muy inteligente y responsable.
Gino había estudiado, era constructor. Yo también hice cursos para
especializarme. Este trabajo era muy grande y de gran responsabilidad, y
nosotros así lo entendimos.
El Ingeniero, Federico Wermer venía de Buenos Aires cada
tanto para ver como seguía la obra y él se ocupaba allá de conseguir los materiales.
Cuando hacíamos hormigoneada trabajábamos de corrido, hasta que se terminaba.
Venían los chacareros y sus hijos, como también los del pueblo, a ayudarnos,
sin cobrar nada. El Padre Fogliotti venía entrada la noche y nos traía un trago
de grapa para darnos fuerza y calor. El material venía en vagones completos. El
edificio está todo construido de hormigón armado y cemento, ahora ya no se
trabaja así. La carpintería la hizo toda Tasca, el electricista era Liberati.
Éramos cinco personas permanentes y algunos obreros, nunca tuvimos un
accidente.
Trabajamos durante cuatro años; siempre hubo problemas de
dinero, en una oportunidad mi hermano y yo también firmamos una garantía por $
10.000. La gente era muy buena, desinteresada, desprendida y honesta. Siempre
me acuerdo de Pietrini, Picotti, Berola, Grifoni, que eran los que más cerca
estaban de nosotros… Se desvivían por la obra. Pietrini buscaba siempre la
manera de facilitar el trabajo y le encontraba la vuelta a todos los problemas
y dificultades… Han dejado sudor y dinero en Círculo Italiano…”
… … …
Creciendo con Regina, por Silvia Zanini (Historiadora)
Una Institución de carácter social, cultural y deportivo que
nació con la Colonia merece de los reginenses el adecuado reconocimiento. La
FAI (Forza, Amore e Intelletto) fue constituida el 5 de diciembre de 1926 por
los primeros habitantes y colonos de Villa Regina. La lista de los primeros
socios inscriptos al 15 de septiembre de 1927 era de 113 colonos, un número muy
representativo para la cantidad de población de esa fecha. Fue desde el
comienzo una organización policlasista. La realidad de colono así lo imponía al
nivelar la condición social, libre de discriminación regional, tan
característica de la realidad socioeconómica italiana.
Los fundadores y quienes les siguieron estuvieron siempre
motivados por promover el desarrollo cultural de la comunidad. En especial han
evidenciado una preocupación por el mantenimiento de las tradiciones italianas.
A tal fin han alentado las manifestaciones artísticas y culturales que hicieran
posible mantener vivo el cariño por la patria natal. En la búsqueda de este objetivo
las diferentes Comisiones Directivas han trabajado eh el transcurso de los años
permitiendo a los reginenses disfrutar de interesantes espectáculos, así como
tener acceso a una Escuela de Italiano, o bien formar parte de la Juventud
Italiana. Muchas de las realizaciones o de los logros se han ido modificando.
Recordemos los carnavales populares, organizados por la Institución, la Primer
feria de Platos Internacionales, las grandes cenas y agasajos en el Salón
grande de Círculo, (hoy cancha de paddle), el bowling en la primera confitería
de Círculo, recordemos el cine original con sus paseos comerciales. Muchas de
estas cosas han cambiado.
Hoy Círculo Italiano ostenta el orgullo de poseer la única
pileta cubierta de competición que funciona durante todo el año permitiendo el
desarrollo de esta importante actividad deportiva tanto en niños como en
jóvenes y adultos, de poseer un completo complejo deportivo con sus canchas de
fútbol, tenis y paddle, su salón de “quincho” para reuniones y fiestas en el mismo.
Todos los logros han sido resultado del esfuerzo de quienes desinteresadamente
han ocupado los cargos de las distintas Comisiones, y también de los asociados
que han permitido el mantenimiento de estas obras, colaborando, alentando y
apoyando desde su importante espacio de socio. Pensando lo que opinarían los
fundadores de la FAI sobre los efectos de su acción inicial en 1926 podemos aventurar
que estarían orgullosos.
Es mucho lo que se ha logrado en tan poco tiempo histórico,
Círculo Italiano ha crecido a la par de la comunidad que lo alberga, su
progreso ha estado acorde a las transformaciones que iba sufriendo el medio. De
aquel primer salón multiuso a las diferentes dependencias e instalaciones
actuales queda muy poco en común. Quizás permanece lo más importante: el
espíritu de transmitir la cultura, fomentar el deporte y respaldar las
actividades sociales necesarias para el verdadero crecimiento de la población
reginense. Por eso hoy podemos afirmar que esta Institución nacida de la mente
y del corazón de los Primeros Pobladores está viva en Villa Regina y sigue
escribiendo su Historia.
http://teatroci.com.ar/press/
Texto: Teatro Círculo Italiano desde 1952. Historia. Año: 2013.
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