Mario Mas, el médico de las primeras vasectomías, pide "más acción".
Las dos primeras vasectomías en un hospital público del país se hicieron el 16 de mayo del 2001. Fue en Villa Regina, con un paciente de esa ciudad y otro de Roca, quienes tenían cuatro hijos cada uno. “En verdad, los operamos a los empujones”, recuerda hoy Mario Mas, el médico que llevó adelante esas intervenciones junto a su colega Pedro Guerra.
La figura utilizada por el especialista en ginecología y obstetricia describe el contexto social y político de ese momento, en el que Río Negro tenía aprobado el Programa de Salud Sexual y Reproductivo, pero la ley todavía no estaba reglamentada.
Una autorización del entonces ministro de Salud y Desarrollo Social de la provincia, Daniel Sartor, abrió paso a las cirugías y dos semanas después, con la trascendencia nacional latente, surgió el decreto reglamentario con la firma del gobernador Pablo Verani.
Dos décadas después, Mas trata de mirar el vaso entero y considera que “lo positivo de la ley fue que se puso en la agenda pública el tema y se sociabilizaron derechos”, pero “queda un gusto agridulce porque se podría haber hecho mucho más”.
La ley es buena, pero como la mayoría de las leyes, no tuvo presupuesto. Y sin eso, es un tratado de buenas intenciones”.
Mario Mas - responsable de las primeras vasectomías en el ámbito público.
Sobre la mitad del vaso lleno, el médico resaltó que desde el inicio del debate “se pusieron en el tapete los derechos reproductivos de las personas, se abrió el tema de la violencia de género, el aborto, que era uno de los fantasmas de la salud reproductiva”.
Para Mas, el punto más débil de la continuidad del programa está en la promoción de los derechos logrados. “Se podría haber hecho un programa de información, ser más proactivos dando información a los distintos actores, en los colegios, sacar las barreras que hay en la parte pública para el acceso a los métodos anticonceptivos. Se podría haber facilitado y pensado creativamente para que la gente tenga acceso a los métodos. Porque la información esta, pero falta acción, que es lo que multiplica”, evaluó.
En el camino hacia la ampliación de derechos, Mas también padeció las presiones e incluso agresiones. “Una noche llevé el tema a la UNCo en Neuquén y me quisieron pegar. Era gente que creía que yo promovía la castración”, recordó.
Convencido de que el acceso a la salud tiene que ser “un tren que tenga como locomotora a la educación”, el médico reginense propuso al Ministerio de Salud la creación de una línea para la promoción de la salud sexual y reproductiva, similar a la que está vigente a nivel nacional, pero no tuvo respuestas positivas.
“Soy positivo hasta por el apellido, pero hay mucho más por hacer. La sexualidad forma parte de la calidad de vida y hay que trabajar más en el mantenimiento que en el tratamiento. Todavía tenemos la cultura de no fomentar el autocuidado de la salud y eso me gustaría que cambie”, finalizó.
De lo publicado en Diario "Río Negro", 20/07/2021.
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