3 DE FEBRERO DE 1928: TOMABA CATEGORÍA DE PARROQUIA LA IGLESIA DE VILLA REGINA. GARDIN ERA EL PRIMER CURA PARROCO.
La primera misa fue oficiada en diciembre de 1924 en los
galpones de la C.I.A.C.
“No había aún una Iglesia. Su construcción, en albañilería,
comenzó el 4 de abril de 1926, en medio de la profunda emoción de la comunidad,
como escribió «Caras y Caretas», publicando, el 8 mayo, un artículo y algunas
fotos de la ceremonia, que contó con la presencia del Encargado de Negocios
italiano en Buenos Aires, Ernesto Koch y el habitual Vincenzo Tasco, en ese
momento Cónsul General. Fue terminada en 1927 y, desde el año siguiente hasta
1937, fue cura el misionero salesiano Marcelo Pío Gardin.” (Pantaleone Sergi, “Un
modelo fascista de emigración italiana en Argentina”).
El 6 de agosto de 1926 en el Teatro Cervantes de Buenos
Aires, tuvo lugar una fiesta promovida por la Comisión de Señoras Italianas a
beneficio de la construcción de la Iglesia de Villa Regina estuvieron presentes
la Primera Dama Regina Pacini de Alvear y otras personalidades.
El Padre Carlos Marelli fue quien colocó la piedra
fundamental de la Iglesia y bendijo la misma un 4 de abril de 1926. La Capilla
se inauguró y se bendijo el 1° de noviembre de 1927.
Ese 3 de febrero de 1928, mismo día en que se ofició la
primera misa de manos del sacerdote Marcelo Gardín, originario de Casarsa,
provincia de Pordenone, región Friuli Venezia Giulia, excapellán del Ejército
de ese país durante la Primera Guerra Mundial.
El Padre Marcelo Gardin fue el Primer Parroco de la Colonia
entre los años 1928 al 1937.
La elección de este párroco para la administración de la
parroquia, por las autoridades de la orden de los Salesianos de Viedma, fue
bien recibida por los colonos. Era un hombre muy activo que recorría la
colonia, casa por casa, recibiendo el afecto y el respeto de los agricultores
italianos. También visitaba las chacras. Marcelo Pio Gardin se integraba a cada
familia los visitaba en sus chacras, de a caballo, en sulky con su “yegüita”
“La Porteña” y el fiel compañero llamado “Giorgio” o a pie. En una caja llevaba
su breviario y un revólver y sobre el pecho el crucifijo.
Como el padre añoraba las campanas del Véneto, se dice que
se animó y solicitó al gobierno de Mussolini tres de ellas para su parroquia.
Tuvo respuesta y recibió 5.000 liras para comprarlas. Las primeras campanadas
se escucharon el 30 de junio de 1928. Que llevó el nombre de María Benedetta
grabado en bronce el mismo nombre de la madrina: Benedicta Cipolletti de
Bonoli.
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