Bodega de Guido Pancani.
Don Guido Pancani había arribado al puerto de Buenos Aires en el año 1923 procedente de la localidad de Pistoia, provincia de Pistoia, región de la Toscana, Italia. Destino ignoto elegido al azar, sin recomendaciones y sin conocer absolutamente a nadie, pero imbuido de un aura romántica que lo envolvía con suavidad y delicadeza.
Pernoctó por unos días en el Hotel de Inmigrantes y decidió viajar al Alto Valle del Río Negro, donde se conchabó en la Dirección de Irrigación, organismo público que tenía a su cargo la ejecución de las obras hídricas indispensables para poner bajo cultivo los feraces suelos del valle superior rionegrino.
Estuvo un tiempo en la zona y decidió ir a Bahía Blanca, donde trabaja en el puerto de Ing. White por el término de 3 meses y determina viajar a EE.UU., pero al llegar allá no lo dejaron bajar, por lo que decidió ir a Francia desembarcando en el puerto viejo de La Rochelle y de allí se trasladó a su pueblo natal. No estuvo mucho tiempo en Italia, tras experimentar una noche el influjo de la luna llena, le despertó los deseos más profundos que fueron transformándose en una verdadera obsesión, dado lo cual decide regresar nuevamente a la Argentina.
En el año 1926 adquiere a la Compañía Ítalo Argentina de Colonización, a través del sistema de créditos que otorgaba la misma, una parcela de tierra virgen de 10 hectáreas, las que tuvo que desmontar, emparejar y sistematizar.
Una vez establecido en su propia chacra mandó a llamar a su madre Justina y a sus hermanos Marino y Antonio, para sacarlos de la situación del agravamiento económico que estaba atravesando Italia. De tal forma, aunaron esfuerzos y voluntades para poner en marcha la chacra y uno de los cultivos que implantan es viña y así, para los albores de la década de 1930, don Guido erige una pequeña bodega en la misma chacra y elabora vinos blancos y claretes que distribuye en bordelesas, comercializándolos bajo la marca El Trebbiano.
Tras aceptar los consejos de su madre busca formar una familia, de este modo le escribe una carta a María Chiti, una muchacha de 18 años vecina de su casa familiar en Pistoia, ofreciéndole matrimonio y tras su anuencia viaja a Italia para casarse.
Ambos emprendieron la vida con determinación y firmeza, al principio vivieron exclusivamente de la chacra y luego decidieron instalarse en Tres Arroyos, entre los años 1935 y 1940, estableciendo con un comercio donde vendían, entre otras cosas, productos del Valle: peras y manzanas, sidra “La Reginense” y vino “El Trebbiano” elaborado en la bodega familiar.
Al regreso a Villa Regina don Guido adquirió nuevas tierras ampliando la superficie de cultivos agrícolas, pero principalmente siguió con una actividad comercial diversificada. Del matrimonio nacieron 4 hijas: Mari, Elda, Delia y Silvana.
Esta bodega elaboró vinos hasta mediados de la década del ’40.
Autor: Federico Witkowski.
Afiches de bordelesas de vino de la Patagonia Norte
Federico Witkowski.
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