En este especial día del niño, compartimos con ustedes una historia muy particular, de uno de los primeros niños que llegó a nuestra ciudad, testigo de como fue la división de las tierras, la llegada de familias, del crecimiento de las primeros frutales
Esta historia comenzó en una pequeña aldea cerca de Rieca, ciudad portuaria situada sobre el mar Adriático, lugar donde nació su padre: Juan Toncovich. Aprendió el oficio de picapedrero y albañil. Su abuelo materno se dedicó a exportar madera a Italia, eran tiempos en los que no se conocía el cemento armado y las casas se construían de piedra. En 1900, con 16 años, su padre emigró de Yugoslavia, con destino a Sudáfrica, luego a Chile donde trabajó de picapedrero, luego a Bolivia por tres años, tiempo que le llevó construir el panteón para la familia de una viuda rica. Antes de 1914 regresó al imperio austrohúngaro, a la región de croata, y se casó con Luisa a quien conocía desde pequeño. Luego se embarcó rumbo a América, pero decidió hacerlo solo, su hermano mayor ya estaba en el país, llegó así al norte argentino. Trabajó como contratista de empresas del Estado, en destacadas obras de esos tiempos como la construcción de defensa del río Pilcomayo, en el Tren de las nubes, en la obra del Dique San Roque, entre otras. Enviaba dinero a su madre que invertía en propiedades, que logró hacer una casa de dos pisos, con la esperanza de volver a estar juntos, en su país, Yugoslavia. ¡Pero el estallido de la guerra hizo que su madre viviera el horror! Al finalizar la misma, decidió emigrar a la Argentina para reencontrarse con su padre, en Perico, Jujuy, lugar donde nació Otto, en marzo de 1922, en Salta en 1924 su hermano Hugo. Ese mismo año su padre conoció a un hombre que cambiaría sus vidas para siempre. En los pasillos del Ministerio de Obras Públicas en Bs. As. conoció al Ing. Bonoli mientras gestionaba la creación de una colonia llamada “Regina”. Fue así que en la primavera de 1924 la familia de Otto llegó hasta Ing. Huergo, desde allí se trasladaban en sulky para construir la primera casa de la colonia, la del ing. Bonolli, hoy sede del Museo Histórico que lleva su nombre. Esta relación con el hombre más importante de la época dejó algunas anécdotas en la vida de Otto. Cuando salió la primera manzana en su monte, su padre llevó al Ingeniero a verla, para su sorpresa, ¡“la arranco y se la comió solo”! Cuando salió la primera pera, su mamá llevo a todos los hijos y con un cuchillo repartió el fruto maduro a cada uno. Junto a su padre trabajo en el desmonte y construcción de su casa, un tío materno, en una chacra que estaba cerca del río, Otto la conservó por muchos años, dedicándose a la producción frutícola con el asesoramiento de Vertúa, que tenía experiencia de haber trabajado en Cinco Saltos. Recorría las chacras, entregó los primeros ciruelos, cerezos, manzanos, perales, vides y a Otto le dio un nogal y dos eucaliptus. Luego del desmonte y antes que los frutales, pusieron alfalfa, como plantación básica de alto rendimiento. Junto a otros colonos fundaron la Reginense, primera cooperativa Vitivinícola del Valle. En esos tiempos las producciones obtenidas de peras las llevaban con su padre en cajones de fideos y querosén, era lo único con la que contaban, la segunda cosecha en cajones cosecheros, sobre un acoplado de ruedas, quedó al sol, a la espera, y al volver se había quemado toda la fruta. Así comenzó la ardua tarea frutícola en el Valle. Entre 1948 y 1955 estableció su producción en Tandil y Necochea, allí conoció a su esposa, Victoriana García, con quien tuvo tres hijos: Daniel, Olga y Susana. Fruticultor de excelencia, se asoció a la Cooperativa “La Perla”, con otros productores hizo aserradero y galpón de empaque, participó en Corpofrut, fue presidente de la cámara de productores, socio de Jugos S.A. Por su labor y esfuerzo fue premiado por la calidad de su fruta. (Síntesis).
De lo publicado en Patrimonio Villa Regina- Museo "Felipe Bonoli" Monumento Provincial - Facebook.
Enlace de interés:
Año 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario