UN BRAZO NATURAL DEL RIO DENTRO DE REGINA.
ESCRIBE ESTEBAN VAZQUEZ.
Todavía dan vueltas en nuestra ciudad fotografías en las que podemos ver a nuestros abuelos o padres disfrutando del Arroyo Salado cuando este todavía era una traza natural del Río Negro.
Si vemos una fotografía actual del cauce y comparamos que pasó en el transcurso del tiempo, el juego de las diferencias entre las imágenes es desalentador. En el aspecto físico su ancho es bastante menor al igual que su caudal, pero comenzar y hablar de este aspecto sería solo una descripción superficial. El grave problema que tenemos es justamente su contenido y el estado de salubridad del agua.
Pensemos solo en el nombre que hoy tiene y nos daremos cuenta de que el problema lo tenemos a cielo abierto recorriendo puntos centrales de distribución y circulación de nuestra ciudad. El DESAGUE ARROYO SALADO.
En el origen de Villa Regina, jugó un papel importantísimo en el diseño y proyección de la colonia colaborando con una planificación urbana que estaba diseñada en función a la salida de la producción en trenes de carga desde nuestra ciudad a los puntos de comercialización. Hoy el arroyo está integrado a un ejido mucho mayor y su crecimiento con poca planificación y desprecio por nuestros recursos naturales terminó contaminándolo a los niveles actuales.
El problema grave de salud para la población lo enfrentamos todos los días, ya que los puntos neurálgicos de la administración siguen estando dentro de lo que fue el casco histórico de la ciudad entre el arroyo salado y la barda.
Deberíamos plantearnos reaccionar ante este problema, invertir en el sistema de cloacas, manejos de residuos, un diseño de planificación que contemple no auto contaminar nuestros recursos y lo más importante, a su población. No debemos patear la pelota, sino que todos debemos estar convencidos en que no tenemos que seguir destruyendo un recurso natural hasta el extremo.
Un buen inicio es cambiar nuestro punto de vista y poner al arroyo salado en valor. Y ese cambio de mirada debemos adoptarlo rápidamente (Sobre esto tenemos que aprender de la experiencia de no reaccionar a tiempo como fue con la demolición de la chimenea Fioravanti).
Para no quedar en ideas inaplicables, podemos rescatar experiencias reales y concretas de ríos o brazos naturales de cauces que cruzan dentro de ciudades, los cuales estuvieron contaminados al nivel de ser un riesgo para la población y que hoy están saneados y convertidos en valor agregado para la ciudad. (Pulmones verdes sin riesgo de salud, atractivos turísticos, desarrollo de paseos comerciales, pesca y náutica liviana).
Tenemos que saber que esta discusión de qué Regina queremos, la hacemos todos los días y este problema del Arroyo Salado no es el único que compromete nuestra salud, ya que también debemos hacer foco en el manejo de utilización de agro tóxicos y pesticidas que respiramos y también prestarle mucha atención a nuestro Rio Negro y sus organismos de control, ya que hoy está contaminado por el drenaje de todas las ciudades del Alto Valle.
Estoy convencido de que es posible dejar atrás la cafetería y los monitores de pantalla para lograr un cambio de mirada que modifique la percepción del problema y sea incorporado como una demanda social ante la necesidad de lograr ambientes saludables, que nos permitan crear actividades económicas nuevas de cara al futuro y planificación saludable de nuestra ciudad.
Publicado en La Tapa 22 de Marzo del 2018.
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