"CÓMO
LA ARGENTINA PERDIÓ LA PATAGONIA. CUENTO FANTÁSTICO" por el Ing. Salvador San Martin.
El 3 de julio de 1984 el Diario "Río Negro" publicó en el Suplemento Económico y Agropecuario "CUANDO LA ARGENTINA PERDIÓ LA PATAGONIA. CUENTO FANTÁSTICO" del Ing. Salvador San Martin y que despertara muchas polémicas y acusaciones de "segregacionista" y similares calificativos de formar parte de una campaña internacional que pretendía dividir nuestra Argentina, etc. etc.
En el mismo se habla de cuatro provincias patagónicas en ese momento Tierra del Fuego era territorio nacional luego tendría rango de provincia en 1990. No menciona la represa de Piedra del Aguila porque todavía no existía, como así tampoco los yacimientos petrolíferos y gasíferos de más reciente descubrimiento.
Si bien este es un "cuento fantástico", tiene antecedentes: los habitantes del sur de Chile intentaron una suerte de independencia de Santiago, a comienzos del siglo XX.
Otro antecedente es el Reino de Araucanía y Patagonia fundado por Oréllie Antoine de Tounens en 1860.
Un relato que días antes había sido distribuído entre los asistentes a una reunión con funcionarios nacionales en la provincia del Neuquén.
El Ing. Salvador San Martín era experto en temas energéticos. Había sido Sub-Secretario de Energía y Combustibles durante el gobierno del Dr. Arturo Frondizi y el sindicato de Luz y Fuerza, conducido por José Taccone, amenazó con una huelga que dejaría sin energía eléctrica a Buenos Aires esa experiencia, lo marcaría a fuego, y la recrearía luego en este cuento-relato donde se pone en evidencia la vulnerabilidad del poder central nacional y la dependencia con las provincias patagónicas, en especial Río Negro y Neuquén.
Salvador San Martin fue un estudioso de los temas regionales y un empresario que vivió con su familia en Villa Regina, fallecido en abril de 1993.
Un relato que días antes había sido distribuído entre los asistentes a una reunión con funcionarios nacionales en la provincia del Neuquén.
El Ing. Salvador San Martín era experto en temas energéticos. Había sido Sub-Secretario de Energía y Combustibles durante el gobierno del Dr. Arturo Frondizi y el sindicato de Luz y Fuerza, conducido por José Taccone, amenazó con una huelga que dejaría sin energía eléctrica a Buenos Aires esa experiencia, lo marcaría a fuego, y la recrearía luego en este cuento-relato donde se pone en evidencia la vulnerabilidad del poder central nacional y la dependencia con las provincias patagónicas, en especial Río Negro y Neuquén.
Salvador San Martin fue un estudioso de los temas regionales y un empresario que vivió con su familia en Villa Regina, fallecido en abril de 1993.
El cuento sirvió como base para la conformación de un movimiento -que tuvo como
nombre PAIS- tendiente a que Nación tuviera en cuenta las necesidades
patagónicas, y generó un verdadero revuelo nacional al ser reeditado y
editorializado por medios como el diario "La Prensa" y varias revistas.
El día 14 de agosto de
1985, estaba de guardia en el tablero central del Despacho Eléctrico de Cargas,
el Ing. Bonifacio Astigueta, quien como era habitual en él, escudriñaba
atentamente y en forma personal todas las complejas señales luminosas del
tablero. A las 18,30 hs., cuando se disponía a retirarse, un auxiliar llamó su
atención sobre el indicador de enganche de la línea de alta tensión El
Chocón-Cerros Colorados, que titilaba indicando alguna anormalidad. El Ing.
Astigueta accionó en seguida el control de fallas del tablero por si se trataba
de una perturbación eléctrica y, como la señal intermitente continuaba, en
previsión de un sorpresivo desenganche de la línea, ordenó, por el circuito
telefónico, el estado de alerta de la Central Costanera Sud y de Salto Grande,
preparándose para reemplazar cualquier falta de corriente de El Chocón. Cuando
tuvo todo bajo control, tomó el teléfono
para comunicarse con el control de la Central de El Chocón y con ojos dilatados
por el espanto, escuchó la siguiente comunicación
"Aquí el Comando
Suicida El Chocón, en nombre del Gobierno Provisional de los Estados Unidos de
la Patagonia, comunican a ese Despacho de carga para su retransmisión al
Presidente de la Nación Argentina lo siguiente:
1º - En el día de la fecha nueve
comandos suicidas integrados por ciudadanos patagónicos y bajo instrucciones del
Gobierno Provisional de los Estados Unidos de la Patagonia, presidido por el Dr.
Aníbal Alejandro Garmendia, han tomado posesión de las Centrales de El Chocón,
de Cerros Colorados (planicie Banderita y desviador de Mari Menuco), de Alicura,
de la central de Arroyito y de Confluencia, de las plantas compresoras de gas
natural de Loma de la Lata, Pico Truncado y Cerro Cóndor. En ningún caso se han
producido bajas entre el personal de las plantas y tampoco entre los comandos de
ocupación.
2º - Cada comando ha procedido a
dinamitar los puntos neurálgicos de cada central o planta, de modo tal que una
detonación afectará incluso a las instalaciones fijas de los rodetes de turbinas
o moto compresores de gas. Los daños han sido proyectados para que ninguna
instalación pueda ser puesta nuevamente en funcionamiento antes de tres años y
hasta cinco años, según los casos.
3º - Cada comando es autónomo para tomar
la decisión de hacer volar las cargas explosivas, al menor indicio de que el
Gobierno de la Argentina haya dado orden de reprimir a los comandos o atacar las
instalaciones, procediendo incluso ante cualquier movimiento preventivo de
tropas, aviones, o cualquier otra acción de fuerzas armadas o policiales de la
República Argentina.
4º - A partir de las 0 horas del día de
mañana 15 de agosto, correrá un plazo de 48 horas, para que el Gobierno de la
República Argentina reconozca al Gobierno Provisional de los Estados Unidos de
la Patagonia, como legítimos gobernantes de este país y lo acepte como país
asociado según los términos que se acuerden oportunamente.
5º - Vencido el plazo de 48 hs. sin que
el Gobierno Argentino haya accedido a la demanda anterior y a iniciar inmediatas
negociaciones, comenzarán a reducirse el número de turbinas en operación y el
bombeo de gas, hasta el corte total del fluído elétrico, de gas y de petróleo en
las 48 horas subsiguientes.
6º - El Gobierno Provisional de los
Estados Unidos de la Patagonia ha destacado a Ministros Plenipotenciarios ante
los principales países de la comunidad internacional a efectos de plantear el
caso del dominio colonial argentino sobre la Patagonia, y procurar el
reconocimiento del Gobierno Provisional instituído.
7º - Se reitera que cualquier acto
militar o policial iniciado por el Gobierno de la República Argentina, será
considerado por los comandos como prueba de rechazo.
8º - En estas tristes circunstancias
recordamos al pueblo amigo de la Argentina la voluntad de ser libres de todo
colonialismo expresada en la declaración de la Independencia en Tucumán, el 9 de
julio de 1816, y denunciamos la actitud prepotente de la dirigencia porteña que
mantuvo, hasta hoy, un colonialismo denigrante sobre estos territorios que no
tienen otro recurso que imponer por la violencia lo que le fue negado por la
razón y el patriotismo.
AQUÍ COMANDO SUICIDA DE EL CHOCÓN EN
CADENA CON TODA LA RED DE RADIO Y TELEVISIÓN EN SU PODER".
Cuando cesó la transmisión telefónica,
el Ing. Astigueta, creyéndose víctima de una broma, dijo enojado:
- ché, Cardini, dejáte de j.... y decíme
qué está ocurriendo con la línea
Por el teléfono se oyó
una voz que dijo:
- No soy Cardini, el
cual se encuentra bajo custodia de este comando, pero si Ud. quiere podemos
ponerlo en la línea para que Ud. se percate de que esto vá en serio.
Astigueta sintió que le
corría un sudor frío y, tartamudeando, rogó que lo pusieran al habla con
Cardini, el supervisor de turno en el tablero de carga de El Chocón. Cardini,
con voz serena y casi sin emoción, lo impuso a Astigueta de lo que había
ocurrido, de la toma de la central por un comando suicida, el dinamitado de las
turbinas y de las playas de transformadores, etc. Cuando terminó, le dijo a
Astigueta:
- Apuráte, hermano, a
transmitir el mensaje al Presidente, porque las papas queman y esta gente está
dispuesta a todo.
Astigueta corrió al
teléfono policial para comunicarse con el Presidente de Agua y Energía que a esa
hora todavía estaba en su despacho, el cual, enterado del mensaje, puso en duda
la veracidad de toda esa historia que calificó de rocambolesca, y ordenó a
Astigueta que preparara el avión de la empresa para ir a ver en el lugar lo que
estaba ocurriendo. Por las dudas, lo impuso de la novedad al presidente de
Hidronor.
Mientras tanto, y a
pesar de su incredulidad, se cmunicó con el Ministro de Energía que casi sufre
un desmayo al oír la historia y que a su vez transmitió al Presidente de la
Nación, por el teléfono policial, el increíble mensaje recibido en el despacho
de cargas.
El presidente Miguel
Solanas Alvarez se hizo repetir varias veces el mensaje, mientras las máquinas
teleimpresoras sacaban varias copias. Enseguida, con gran serenidad y después de
exclamar:
- Éstos
sureños...!
ordenó convocar al
gabinete de Ministros y a los Jefes de Estados Mayores, mientras telefoneaba al
Ministerio del Interior para conocer si allí se sabía algo de lo que realmente
estaba pasando. Cual no sería su estupor cuando el Secretario del Ministro, el
cual ya había salido para el despacho del Presidente, le informaba que se habían
recibido cuatro comunicaciones de los cuatro Gobiernos de las Provincias
Patagónicas manifestando que en razón de las circunstancias, las cuatro
legislaturas y los propios Gobernadores habían adherido al Gobierno Provisional
de los Estados Unidos de la Patagonia y se solidarizaban con su actitud, por lo
cual se consideraban estados independientes de la Nación Argentina y autónomos
económicamente. Manifestaban también, su firme decisión de armar al pueblo
patagónico para repeler cualquier agresión.
Todo los teléfonos de
la Casa de Gobierno comenzaron a sonar y no se daba abasto para atender los
llamados de las unidades del 5to. Ejército, que transmitían al Presidente las
novedades ocurridas y requerían órdenes para proceder. El Presidente Solanas
Alvarez gritaba a voz en cuello:
- Por favor! No hagan
nada! Todo el mundo quieto hasta que analicemos la situación! Que venga en
seguida el jefe del Estado Mayor Conjunto!
lo que no hubo
necesidad de repetir pues en ese momento ingresaba con el rostro descompuesto al
despacho del Presidente y lo incriminaba:
- Señor Presidente,
éste es el resultado de su política, ahora tenemos a Chile sobre nosotros a la
altura del río Colorado, dígame ¿ahora qué hacemos?
- Por favor, General,
no dramatice las cosas. Espere un momento, tal vez podamos dominar la situación
mucho más fácilmente de lo que Ud. se imagina. Déjenos a los políticos decidir
sobre el particular.
Y volviéndose a su
edecán le pidió que conectara la televisión. En la pantalla apareció un locutor
que con cara de sorpresa leía comunicados recibidos desde la Patagonia
originados en la Agencia de Noticias Los Andes, entidad privada al servicio del
Gobierno Provisional de los Estados Unidos de la Patagonia. El locutor no sabía
qué decir ni qué comentar. Todo le parecía absurdo, pero esos mensajes estaban
saliendo del teletipo y no había duda posible de que alguien los estaba
emitiendo. En un momento determinado, el locutor dió cuenta de la declaración de
Independencia hecha por los cuatro gobiernos patagónicos y de un comentario que
procedía de Comodoro Rivadavia, donde la población se había volcado a las calles
celebrando la Independencia y pidiendo armas para combatir a los porteños.
También había intercepción de despachos del Gobierno de las cuatro ex-provincias
argentinas a las Provincias del Norte y del Cuyo, pidiendo se adhieran a la
causa patagónica y presionaran al Gobierno de la Casa Rosada a proceder al
reconocimiento de los Estados Unidos de la Patagonia. Todo comenzó a convertirse
en un pandemonium, pues los embajadores de los países extranjeros comenzaron a
abrumar a la Cancillería para que explicara la situación. El Canciller se
refugió en la Presidencia y hacía contestar que más tarde se daría un comunicado
oficial al respecto.
El Comando de aviación
hizo suspender todos los vuelos a la Patagonia, pero no pudo impedir que los
aviones que estaban haciendo escala en aeropuertos patagónicos fueran incautados
por los gobiernos locales o puestos a disposición del Gobierno Provisional. En
Caleta Córdoba y Caleta Olivia, los obreros resolvieron no cargar petróleo en
los barcos que esperaban mar afuera para llevarlo a San Lorenzo y Bahía
Blanca.
Entre tanto, iban
llegando los Ministros a la Casa de Gobierno y, cuando ya era imposible poner
orden, logró el Presidente hacer sentar a los que pudo, mientras otros
asistieron de pie a la reunión ministerial más absurda de la historia argentina.
La exposición del Secretario de Energía fue contundente: sin gas y sin petróleo
era imposible prestar los servicios en la Capital y en el Gran Litoral.
Reforzando los suministros del Norte y pidiendo desvío de buques petroleros a
las empresas extranjeras, no podía impedirse la paralización total de la vida de
la ciudad. Las usinas eléctricas sin gas ni petróleo, y sin salida del flujo de
electricidad de El Chocón, apenas podían mantener los servicios de algunas
oficinas del gobierno y uno que otro hospital. Había que desalojar
inmediatamente la población civil de los centros urbanos, donde no se podían
accionar las bombas para abastecer de agua a los edificios elevados. Los fluídos
cloacales se atascarían en toda la red domiciliaria. Por supuesto todos los
transportes pararían. Las propias Fuerzas Armadas no tendrían combustible
suficiente para una acción de envergadura. La situación no podría ser más
tremenda y angustiante. El Presidente, con cara empalidecida por la rabia y la
emoción, preguntó qué ocurriría si los comandos suicidas hacían las voladuras
que habían anunciado. El Secretario de Energía contestó simplemente:
- Mejor ni pensarlo,
señor Presidente, sería el caos y por varios años no podríamos reparar los daños
en medio de transtornos tremendos.
La cabeza del
Presidente giró lentamente hacia el Jefe de Estado Mayor Conjunto y el
Secretario de Defensa que estaban sentados juntos a su lado. No fue necesario
ninguna pregunta. El General Díaz Usandivaras dijo con tono ciertamente
dramático:
- Señor Presidente,
parlamente con el dicho Presidente de ese Gobierno Provisional.
Un murmullo de asombro
se extendió en el salón y después fue el gran loquero. Todo el mundo hablaba y
salían a la luz reproches de todo tipo. "¿Porqué no arreglaste lo de las
regalías?", le enrostraban al Secretario de Energía. El Presidente apartó
al Ministro del Interior y le dió
instrucciones para que, utilizando la misma línea telefónica de El Chocón,
comunicara al Dr. Aníbal Garmendia que estaba dispuesto a conferenciar con él y
en lugar y a la hora que indicase, en la seguridad de que ambos encontrarían una
solución al conflicto planteado.
La transmisión se hizo
inmediatamente y casi en seguida se recibió la respuesta: ante cualquier
parlamento era imprescindible que se hiciera oficialmente, y por medio del
Congreso, la declaración de que los Estados Unidos de la Patagonia eran una
nación libre e independiente de la Nación Argentina, y solamente asociada en el
mantenimiento de una estructura económica, social y política que se mantuviera
dentro de las tradiciones argentinas. Venticuatro horas para responder por sí o
por no.
Las siguientes diez
horas fueron empleadas en convocar al Congreso, hacer la declaración solicitada,
en medio de una escandalosa sesión parlamentaria, en que los diputados y los
senadores por las Provincias Patagónicas fueron objeto de toda clase de
agresiones y se vieron en la necesidad de retirarse del recinto. Antes de
retirarse, el diputado por Neuquén Dr. Eleuterio Cardozo, pudo hacerse escuchar
en medio del griterío general:
- No queremos seguir
siendo los "kelpers" de los argentinos!!!.
Por su parte el senador
Llanquele de Chubut pudo expresar algunos conceptos que se rescataban en medio
de los denuestos de que era objeto:
- Inglaterra trató
mejor a sus colonias que la Argentina a la Patagonia!!!
y otras cosas
como...
- Por mucho menos de lo
sufrido por la Patagonia, las colonias americanas se independizaron de
Inglaterra!!!
Finalmente, después de
la declaración del Congreso, el Presidente argentino fue citado para concurrir a
una reunión con el Presidente patagónico en un lugar desértico de la Provincia
del Chubut, cerca de Colán Colhué, sitio histórico donde las últimas tribus
patagónicas habían sido derrotadas por el Ejército argentino. Allí, se había
levantado una instalación precaria para la reunión de los integrantes de los dos
Gobiernos. El Presidente patagónico saludó con gesto severo, pero no agresivo,
al Presidente argentino y hechas las presentaciones de sus comitivas, ambos se
introdujeron en una carpa de campaña, donde una mesa sencilla con dos tazas de
café ya servido, los acogía para la magna ceremonia
- Señor Presidente
-comenzó diciendo el Provisional de la Patagonia - lamento que hayamos tenido
que recurrir a estos medios para hacer valer nuestros derechos.
El Presidente argentino
Solanas Alvarez comentó que lo lamentaba mucho más, en cuanto se trataba de un
acto suicida y que no podía durar más que el tiempo necesario para retornar el
dominio de la región, pretendidamente independizada, por todos los medios que la
Nación Árgentina podía disponer, levando ejércitos numerosos como lo hiciera en
la gesta de la independencia de España.
- No olvide, señor, que
la Argentina supo oponerse y vencer a las naciones más poderosas de
entonces.
El Presidente
patagónico Dr. Aníbal Alejandro Garmendia, después de escucharlo y tras un breve
silencio, manifestó:
- Señor Presidente, no
me considerará Ud. tan tonto como para meterme en este asunto tan grave sin
haber tomado las debidas precauciones y previsto sus eventuales consecuencias.
Tampoco debe Ud. considerarme un traidor a la Patria si le manifiesto que así
como la Nación Argentina buscó aliados en su guerra de la independencia, los
Estados Unidos de la Patagonia pueden hacerlo comenzando por sus dos más
próximos vecinos: Chile e Inglaterra. O ud. se olvida, señor Presidente, que
Inglaterra está a 450 kms. de la costa patagónica con una formidable base
militar?
- No puedo creer que
Ud. haya llegado a este grado de humillación! - contestó fuera de sí y a los
gritos el Presidente argentino - como para pedir ayuda a los tradicionales
enemigos de la Argentina.
- Perdón, señor
Presidente, yo no necesitaré pedir ayuda alguna, ni la he pedido, ni la pienso
pedir. Sólo me he limitado a plantear a las naciones más importantes del mundo
el reconocimiento de mi gobierno. En ese sentido, Chile e Inglaterra estoy
seguro que serán los primeros en hacerlo. Y como Ud., señor Presidente, es de la
Provincia de Buenos Aires, le recuerdo que me apoyo en antecedentes muy
valiosos, y que Ud. conoce muy bien, por ser oriundo de una provincia argentina
que pidió el reconocimiento de las Naciones Europeas y de los Estados Unidos
como estado libre e independiente de la Confederación Argentina, en 1853. Aquí
no hay más traición a la Patria de la que cometieron quienes ignoraron los
derechos patagónicos y los mantuvieron en la más infame dependencia colonial.
Sr. Presidente, los minutos son valiosos, Ud. debe decirme si acepta o no
confirmar en todo la declaración de su Congreso y para comenzar a negociar
libremente y como dos Estados soberanos las condiciones en que vamos a iniciar
este nuevo tramo de nuestra vida política, asociando nuestros intereses en el
respeto mutuo de nuestros derechos.
El Presidente argentino
sólo atinó a agregar:
- Evidentemente Ud, me
chantajea y lamentablemente no puedo escapar al chantaje. En Buenos Aires no nos
dimos cuenta de que estábamos armando una bomba de tiempo con estas obras de El
Chocón y esta historia del gas y del petróleo. Tendríamos que haberlos tratado
realmente como a colonos y puesto una fuerza armada al lado de cada dique y de
cada gasoducto y oleoducto. Pero dígame sinceramente ¿es cierto que Chile y Gran
Bretaña reconocerán a su gobierno?
- Vea, señor Presidente
-contestó el Presidente patagónico- no sólo que lo harán inmediatamente, sino
que harán declaraciones manifestando que toda agresión hecha a los Estados
Unidos de la Patagonia será considerada como un acto de guerra hacia sus propios
países y si sus servicios de inteligencia, Sr. Presidente, funcionaran
correctamente, habría sabido antes de salir para aquí que ambos países han dado
orden de movilizar todas sus fuerzas armadas. Pero hay algo que seguramente a
Ud. lo compensará de estas cosas tan desagradables. Gran Bretaña entregará las
Islas Malvinas, Sandwiches y Georgias del Sur a la soberanía de los Estados
Unidos de la Patagonia y formalizará con nosotros un tratado de paz que lleva
implícita nuestra participación con todos nuestros productos en el mercado
inglés y de sus dominios, a cambio de la preservación de los intereses
británicos que sean afectados por el cambio de la soberanía. Chile por su parte
entregará el dominio de las tres islas del Beagle.
- Nos queda Brasil! -
exclamó el Presidente argentino - Se
opondrá al dominio de los mares del Sud por la nación extranjera. Se unirá a
nosotros. Lo mismo Paraguay, Venezuela, Perú y Colombia.
Con mucha calma, el
Presidente patagónico le alcanzó un telex que decía:
- Itamaraty ha
informado confidencialmente a nuestro enviado que está emitiendo un comunicado
al Gobierno Argentino, advirtiéndole que cualquier acción armada contra los
Estados Unidos de la Patagonia, será considerada como el rompimiento del
necesario equilibrio en los mares del Sud y obligará al Brasil a movilizar sobre
las fronteras argentina y uruguaya.
El Presidente argentino
bajó sus brazos. Se tomó la cabeza entre las manos y dijo:
- Qué desastre! Qué
ciegos hemos estado! Malditos porteños!
Cuando los dos
Presidentes salieron de la carpa y se unieron a sus acompañantes, el viento
patagónico soplaba con toda intensidad sobre el inmenso erial. Las caras
mostraban las distintas emociones. No había evidentemente triunfadores, más bien
un sentimiento de amargura predominaba en todos y alguna lágrima de rabia se
escapaba de los ojos de muchos de un lado y de otro de los que ayer hermanos,
hoy estaban divididos por una frontera que había levantado con el tiempo la
decidia de los gobernantes porteños.
Así se perdió la
Patagonia para la Nación Argentina.
Por su parte, los
Estados Unidos de la Patagonia progresaron a ritmo inusitado.
Vendiendo petróleo, gas e
hidroelectricidad a la Argentina, aún a precios inferiores a los del mercado
mundial, ingresaban anualmente miles de millones de dólares de divisas que se
utilizaban para el desarrollo de su infraestructura. Los valles de los ríos y la precordillera fueron irrigados y
explotados para exportaciones agrpecuarias y agroindustriales al exterior y un
contingente enorme de inmigrantes fue radicado libremente en una República que,
echando por la borda el estatismo porteño, se apoyó en la empresa privada para
afirmar su desarrollo. En sólo diez años, la población patagónica se triplicó
con los inmigrantes, y a toda la región lacustre y fluvial de la cordillera,
centros de turismo de renombre mundial atraían millares de turistas anuales que
reforzaban el muy favorable balance de pago de la flamante nación. Industrias
electrointensivas y petroquímicas se instalaron para aprovechar los recursos
energéticos disponibles a bajo costo: la exportación industrial superó
largamente a las exportaciones agropecuarias.
La moneda en
circulación fue el Patagón, con garantía oro y convertible, lo cual surgió de
una negociación con las principales naciones del mundo que aceptaron pagar en
oro sus compras durante cinco años para formar dicha reserva áurea.
Por supuesto, los
Estados Unidos de la Patagonia no tuvieron ejército, ni marina, ni aeronáutica.
Apenas una fuerza policial. Estaba defendida por todos contra todos.
En poco tiempo, los Estados Unidos de la
Patagonia sobrepasaron a la Argentina prácticamente en todo, excepto en la
producción agropecuaria que siguió siendo la única base de la Argentina que no
supo reconocer en la Patagonia su verdadero destino."
EL ING. SALVADOR SAN MARTIN. |
....un mal negocio, la Compañía Marítima San Martin(otra historia) que termino en la quiebra, hizo que vendiera mi casa de Villa Devoto y con mi familia nos fuimos a vivir a la chacra de Villa Regina.
La vida en la chacra fue muy dura porque la transición fue muy violenta. Después de vivir con holgura, comodidad y lujo, entre cortinados de brocato y tenues "voiles", estabamos viviendo en una casa campesina que era solo un techo contra la intemperie.
En esos tiempos la chacra estaban recién plantada y los únicos ingresos procedían del cultivo de tomates entre arbolitos.
La casa estaba en un descampado, sin un solo árbol alrededor y se componía de tres ambientes: living-comedor chiquito, dos dormitorios, cocina y baño. En pocos meses habíamos pasado de la opulencia de nuestra hermosa casa de Villa Devoto a la primitivez de una vivienda campesina sin luz eléctrica y sin agua corriente. Tuvimos que improvisarlo todo. No teníamos mas que unos pocos muebles y nos acomodamos con ellos, improvisando una cucheta para los tres varones en una pieza.
Sin luz eléctrica , nos arregláramos con faroles de kerosene "sol de noche", que debíamos encender todas las tardes como un ritual de todos los días. Durante la noche nos alumbrábamos con linternas.
Como no teníamos agua corriente llenábamos el tanque del techo con una bomba de mano y así alimentáramos el baño y la cocina. Sin gas ni electricidad la cocina era a leña y con serpentina e intermediario para el agua caliente. Después pusimos un sistema a gas oily luego pasamos a la cocina de kerosene.
La calefacción consistía en estufas de hierro a leña y una salamandra a carbón.
Pasábamos mucho frío.
Curiosamente con todas esas penurias teníamos teléfono, lo había hecho instalar antes, cuando la Compañía Telefónica del Valle era nuestra.
Por supuesto no teníamos heladera hasta que conseguimos una a kerosene que nos daba un trabajo enorme y yo me pasaba el día tirado en el suelo controlando el color de la llama; si no era azul no enfriaba...
Para alimentarnos cultivabamos la quinta con toda clase de hortalizas y legumbres, también nos pusimos a criar aves y chanchos. Teníamos una vaca para la leche y dos caballos para tirar la volanta; vehículo que usábamos para ir de compras al pueblo y no gastar nafta en el auto.
Teníamos tres caballos de andar para que los chicos salieran a pasear con un señor amigo, Don Paez, que les enseñaba a cabalgar.Llegamos a tener una gran producción de pollos, gallinas y casi cien pavos hermosos; algo se comía, algo se vendía. En esos días los arboles frutales eran chicos y no producían, así que nuestro ingreso dependía del cultivo del tomate que nos daba lo indispensable para nuestra subsistencia. Apenas los gastos!!!!
Fueron en realidad años muy pero muy duros y solo el temple de Baby, mi mujer, pudo afrontar las circunstancias y acompañarme con lealtad, sacrificio y amor, para seguir adelante.
Los chicos iban al colegio, a veces a caballo, otras yo los llevaba en auto o los mandaba en la volanta con Barras, uno de mis mejores peones que alcanzo a jubilarse en la chacra después de treinta y tantos años conmigo.
De todos modos no la pasábamos mal. Las penurias comunes a la rustica vida que afrontábamos, estrecho los lazos con mi mujer y mis hijos con un alto espíritu de salobridad en toda circunstancia.
Un día 22 de mayo de 1955 nació María Cristina Margarita. Baby quiso tenerla en la chacra a la usanza campesina, negandose a trasladarse a una clínica en el pueblo o capital. Fue espléndidamente atendida en nuestro dormitorio por el Dr. Alejandro Rodríguez, gran amigo y gran medico.
Otro nacimiento ocurrido en la chacra fue el de Miguel el 6 de enero de 1959.
Le pusimos el nombre de Alejandro Miguel, por el Dr. Rodriguez y por mi hermano Miguel que tanto nos apoyo cuando resolvimos ir a vivir a la chacra y nos alento para conservarla en los dificiles momentos económicos que supimos vivir.
ALEJANDRO MIGUEL SAN MARTÍN. |
FOTOS DE VILLA REGINA DIGITAL.