Nota presentada al Concejo Deliberante por placa de bronce ex Empleados Ferrocarril Villa Regina.
sábado, 29 de julio de 2023
Nota presentada al Concejo Deliberante por placa de bronce ex Empleados Ferrocarril Villa Regina.
Nota presentada al Concejo Deliberante por placa de bronce ex Empleados Ferrocarril Villa Regina.
lunes, 24 de julio de 2023
Un yerno, su suegro y el proyecto que terminó en lo que hoy es Villa Regina.
Benedicta y Felipe en Regina, Abril de 1927. Detrás, cerca de la barda, la Estación de Tren. Foto: Sitio Bien de Regina. |
Por Melisa Ortiz Campos.
Remontarse atrás en el tiempo, al origen de los pueblos en nuestro Valle, nos lleva a pensar en beneficios que a la mayoría de la población no le tocaban, ni de cerca. No fue fácil traer fertilidad al suelo desértico, de eso no cabe duda. Y genera admiración dimensionar cómo con la escasa tecnología de la época lograron estimaciones a gran escala, como con las crecidas, el dique “Ingeniero Ballester” y el preciso sistema de canales de riego. Pero los vínculos familiares y los contactos en Buenos Aires y Europa eran determinantes, de otra manera, a los sueños los tapaba la polvareda.
Después del despojo y el reparto de hectáreas que significó la Campaña al Desierto, tomaron peso los terratenientes. “No había pequeños o medianos propietarios y la gente común no tenía cabida en la vida política, sin representación ni padrón electoral”, explicó el Museo de Villa Regina en el repaso histórico que elaboró al respecto.
El abogado, político y escritor salteño, Manuel Zorrilla, casualmente secretario de Nicolás Avellaneda y del presidente Julio A. Roca, fue el que recibió la cesión de 15 mil hectáreas en el entonces territorio nacional del Neuquén, actualmente parte de la provincia de Río Negro, en 1909. De allí surgieron Godoy y Villa Regina. ¿Pero cómo se llegó en ese proceso a la fundación de la “Perla del Valle”? Con mucha agua cruzando debajo del puente, retrocediendo a 1898. A eso debieron sumar tiempo, viajes, contactos y dinero.
El ingeniero César Cipolletti fue el primero de su familia en pisar tierras patagónicas. A él se le había encomendado “el estudio general de la regulación de los ríos Negro, Limay y Neuquén”, datos que abrieron la posibilidad de prever y planificar el desarrollo. Cumplida la misión, Cipolletti había vuelto a Italia, pero el Gobierno argentino le pidió que dirigiera las obras que había propuesto en el primer trabajo. Lamentablemente murió viajando en ese barco que lo traía con su familia y su equipo de trabajo, entre los que venía su discípulo y colega, Felipe Bonoli.
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Un amigo del suegro, ex ministro de obras públicas de Mendoza y colega, Molina Cenit, le hizo el contacto a Bonoli con la viuda de Zorrilla, Flora Labougle, y sus hijos. Así la compra de las 5 mil hectáreas que tenía en mente fue posible, aprovechando los cálculos que había hecho su suegro para esta región. Como figura en el boleto de compraventa, ambas partes, por ese entonces, tenían dirección legal en Buenos Aires, donde perdura la decoración y aspecto del edificio en el que vivieron los Bonoli.
Si bien la familia también pasó por Mendoza, Córdoba y General Roca, se diferenciaron de otros fundadores porque luego se radicaron en Regina, es decir que efectivamente vivieron en la tierra que quisieron urbanizar. La sede del Museo fue justamente su hogar hasta 1931. La Compañía Ítalo Argentina y los inmigrantes de la colonia agrícola hicieron el resto.
El evento que recordó todo este proceso llenó de recuerdos esa vivienda, que hoy sigue en pie en la esquina de calles Uruguay y F. Sánchez. Representaciones teatrales y un desfile con la moda de época sirvieron para viajar una vez más en el tiempo. Pero esta vez, el broche de la conmemoración fue la entrega de reconocimientos a los descendientes de Juan Maria Mion y su familia de picapedreros, junto a familiares del yugoslavo Juan Vitulich, dedicado a los cultivos, quienes acompañaron al ingeniero Bonoli en su sueño, hace 100 años.
“Todos esperan el 7 de noviembre, pero impulsamos esta previa del aniversario porque enmarca el contexto en el que surge la ciudad y deja a la vista todo lo que Bonoli logró con dinero propio, para concretar el proyecto que había empezado con su suegro”, valoró Magalí Catriquir, museóloga a cargo del rescate histórico.
Familiares de Vitulich, tras la entrega de un certificado de reconocimiento. Foto: Museo Bonoli. |
*** "La Patagónica" del Diario Río Negro. Publicado en Diario "Río Negro". Domingo 23 de julio del 2023. |
domingo, 23 de julio de 2023
Rossina Nones de Rodríguez: emblemático personaje del Neuquén de ayer. Rossina nació en Villa Regina el 8 de octubre de 1929.
Rossina Nones de Rodríguez: emblemático personaje del Neuquén de ayer.
Publicado en Diario La Mañana del Neuquén.
Rossina Nones de Rodríguez: mujer peronista, testigo de la creación del MPN.
Rossina era hija de Ana Fontana y de José Domingo Nicolás Nones, italianos del norte que arribaron a la Argentina en los albores del siglo XX. Como usualmente ocurría, primero llegaba el jefe de familia y luego la esposa y los hijos.
Su padre llegó al Valle de Río Negro con un grupo de compañeros italianos, invitados por el Presidente Alvear y su esposa Regina Paccini de Alvear, cantante lírica italiana, en cuyo honor se bautizó el lugar: Villa Regina.
La madre de Rossina arribó de Italia con los hijos mayores. Uno de ellos estaba enfermo y, como en el barco no permitían pasajeros con problemas de salud, debió quedarse en Italia. Afortunadamente, nos contó la propia Rossina, la vecina que quedó a su cuidado viajaba a nuestro país en un mes. Así que, al cabo de ese tiempo, la familia felizmente volvió a reunirse.
Rossina nació en Villa Regina el 8 de octubre de 1929: sus padres trabajaban en las viñas de una chacra, y hacían vino. Pero el trabajo era muy duro allí, por eso Ana buscó otro trabajo para reemplazar la faena campestre. Afortunadamente, pronto consiguió empleo en la fonda de Pedro Sánchez, en Neuquén capital. Así fue que Rossina arribó a esta ciudad para nunca más partir.
Tanto ella como sus hermanos concurrieron a la Escuela primaria N° 2 y la Escuela N° 61, pioneras en la capital. Ya de grandes, sus hermanos se nacionalizaron y pudieron ingresar a trabajar a YPF. Poco después, su padre regresó a Italia; Rossina estuvo siempre al lado de su madre y en el contacto permanente con sus amigos de Villa Regina.
Su familia.
Formó su hogar con Carlos Mario Rodríguez, nacido en Lincoln, provincia de Buenos Aires, el 22 de julio de 1917. Carlos era militar y arribó a la zona en la década del ‘40. Construyeron su casa en calle Santa Fe casi Alderete. De la unión nacieron tres hijos, Carlos Daniel, Alicia y Silvia que, a su vez, les dieron varios nietos y bisnietos.
La militancia peronista
Su amor por el peronismo nació cuando se produjo el recordado terremoto de San Juan en 1944 y se enteró de que Evita iba en tren repartiendo elementos y mercaderías para los más necesitados. A partir de allí, su apego a esa doctrina fue incondicional.
En la amena charla que mantuvimos, nuestra entrevistada justificaba la creación del Movimiento Popular Neuquino como una opción nacida a raíz de la proscripción del peronismo. “Era una manera de hacer peronismo”, afirmó. Sin embargo, el peronismo ortodoxo no justifica el hecho de que, luego de haberse levantado la proscripción, el MPN no dejara de funcionar como partido independiente.
Rossina resaltó la figura del Ingeniero Luis Alonso por su militancia peronista, su humildad, por su capacidad de trabajo sin cansancio por la ciudad, de manera silenciosa, cuando ocupó un cargo en el Municipio. El 30 de octubre de 1958 crearon, Rossina con otros compañeros peronistas, la Asociación Peronista 17 de Octubre.
Editaron, también en conjunto con otros compañeros, y desde la clandestinidad, el periódico Nuestra Voz. Circulaba secretamente porque el Decreto 4161 de 1957, dictado por la Revolución Libertadora de 1955 que derrocara el gobierno del General Perón, prohibía la publicación de imágenes de Perón y de Evita, así como las reuniones de militantes peronistas, entre otras determinaciones.
No obstante, Nuestra Voz exhibía en su portada su frecuencia y los datos de quien era la responsable: “Periódico Quincenal Independiente. Directora: Rossina N. de Rodríguez. Dirección y Administración: Santa Fe 373, Neuquén, dirección que no era otra que la del domicilio de Rossina. Esto demuestra el compromiso asumido en épocas de proscripción.
El periódico también narró, desafiante, las reuniones realizadas para recordar “El día de la Lealtad”. Sus páginas fueron portadoras de todos los pormenores de ese acto, donde se resaltó palabras y emociones vividas con motivo de conmemorar el 17 de octubre de 1945. Como vemos, Nuestra Voz era fiel vehículo de las convicciones de sus responsables.
Así lo demuestra el ejemplar del 5 de junio de 1959, en cuya portada podía leerse: “El peronismo no tiene ni debe tener dueños”. Ese año enmarcó un periodo de tremenda persecución a los peronistas; la intención del gobierno de facto era de “desperonizar” la sociedad argentina. Rossina y su grupo no se amedrentaron y continuaron con la prédica acólita al líder exiliado:
“Los momentos difíciles para el peronismo no han pasado. Siempre hay algo por qué luchar. Siempre hay algo para defender con el esfuerzo y el trabajo. Nuestra doctrina es muy amplia por eso nos da siempre tema para salir a pregonar u objetivo para defender.”
La placa de bronce de Eva Perón.
Junto a una placa entregada por Rossina al Partido Justicialista, se encontró una nota escrita por su esposo que decía así:
“Esta placa de María Eva Duarte de Perón, se encontraba colocada en la Secretaría General de la Gobernación del Neuquén, antes del año 1955, y por orden de las autoridades del Gobierno de facto, Revolución Libertadora, había que fundirlos y hacer patentes de bronce para vehículos autorizados. Considerando una ignominia la medida adoptada, en 1958 se recuperó y fue escondida por faltas de garantías. El poseedor de esto era el suscripto Carlos Mario Rodríguez LE. 2.200.057. Neuquén, año 1958”.
Carlos Mario había tenido el buen tino de “desobedecer” al gobierno golpista para conservar la efigie de Evita.
Asociación Básquet Femenino del Comahue
La labor de Rossina en pro del deporte neuquino, y especialmente del básquet femenino en el Club Pacífico, fue de un valor incalculable.
Formó parte de una fuerte y sostenida promoción de este deporte no solo a nivel provincial sino también al de la competencia nacional.
Su tarea estuvo acompañada de otras mujeres del Neuquén de ayer, que engrandecieron al Club Pacífico constituyendo la Comisión de Damas, bajo la presidencia de Enrique Martínez: doña Felipa Sánchez; Celmira Peña de Heredia; Sra. de Seleme, Sra. de Martínez, Sra. de Jacob; la Sra. Ponce y Tete Bacci, entre otras.
Los hijos fueron los que comenzaron a practicar básquet, en la década del ‘60; ellos hicieron que, poco después, sus padres se vincularan con los clubes deportivos. Rossina recordaba que comenzaron a practicar en la vieja Escuela 121, en la calle Perito Moreno, en la Escuela N° 2 y también en la 61. Solo contaban con arcos de pelota al cesto y practicaban como si fuera básquet. Uno de los planteles de Nivel Superior del Básquet más recordados de la década del ‘60, tuvo como dirigentes a Rossina y a la Sra. Edith Ponce, y fueron sus jugadoras Marcos, Saita, María Amalia Vanoli, Crexel, Hebe Clair, Norma Idáñez, Marta Vidal, entre otras.
Además, Rossina atesoraba fotografías del plantel de Básquet femenino de 1979. Sus jugadoras fueron: Mozzoni, García Ramírez, Anzola, Morales, Mesa, Palavecino, Vallejos, Hankalo, Gorgatelli, Alcazar, Barzan. Se logró el 7° puesto y el premio a la delegación más correcta.
Un compañero del club: don Luis Ángel Ramírez.
Don Ramírez fue el entrenador de básquet del Club Pacífico; un ser excepcional, como un padre para los jóvenes que jugaban en el club. Hoy está en el recuerdo de todos aquellos que lo conocieron. El gimnasio de Básquet lleva su nombre.
Los vastos diplomas de Rossina.
Enumerar y detallar sus diplomas es contar lo prolífica que fue su vida en la difusión del deporte: Diploma otorgado por el Club Pacífico cuando la institución cumplió 90 años de vida. Diploma de Honor año 2006. Mujeres por Neuquén. En reconocimiento a la destacada militancia en los inicios del MPN. Asociación Raíces Neuquinas Antiguo Poblador Año 2009
Por integrar como Presidenta el 1er. Seleccionado que participó en el campeonato argentino realizado en Entre Ríos. Grupo de Ex jugadoras de Básquet, en el vigésimo Aniversario. Integrante de la Primera Comisión Directiva Asociación Básquet Femenino del Comahue. Diploma de Honor en reconocimiento por lo que brindó al Básquetbol de Río Negro y Neuquén. En su trayectoria deportiva. Comisión de Mini Básquet Femenino Asociación del Comahue, por su actuación en el Básquetbol Femenino Pionera. 1993.Club Atlético Pacífico Socio Vitalicio. 16.9.1989. Reconocimiento en honor a su trayectoria, esfuerzo y dedicación en la división superior de Básquet Femenino de nuestra ciudad. Junio de 2011.
Esto es una síntesis: hay más diplomas y placas que adornaban las paredes de su casa.
La poeta.
Rossina escribió un libro llamado Relatos y Poesías con el seudónimo Rossana Fontan, nombre derivado de Rossina y de su apellido materno, Fontana.
En él recuerda y recrea la vida junto a su madre y los sacrificios de esos inmigrantes arribados a estas tierras. En sus páginas también da cuenta de sus ideales peronistas, del amor por sus hijos y por estas tierras patagónicas.
En uno de sus poemas dice:
“No quiero lágrimas.
Cuando yo me vaya, no quiero lágrimas.
Si fui feliz, por qué derramarlas”
Este es el relato de una mujer luchadora que supo sostener los fines e ideales abrazados, al punto de poner en riesgo su vida en épocas de la proscripción. Con esa misma pasión promovió la creación y difusión del básquet femenino, logrando que obtenga reconocimiento a nivel nacional. Por sus inestimables aportes, uno de los salones del Club Pacífico lleva su nombre. Su historia de vida ennoblece nuestro querido Valle de Río Negro y Neuquén.
Publicado en Diario La Mañana del Neuquén.
sábado, 15 de julio de 2023
Juancho Espina "EL CAPITÁN".
PING PONG GRANATE *HISTORICOS* #9