Escribe Nilda Ventieri en Facebook:
50 AÑOS ESCUELA PATAGONIA ARGENTINA 1972-2022.
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50 AÑOS ESCUELA PATAGONIA ARGENTINA 1972-2022.
Abrió sus puertas en 1930 como almacén de ramos generales. Durante generaciones fue un comercio de referencia para familias de Villa Regina y de otras ciudades del Alto Valle y Valle Medio. A fin de año cerrará sus puertas para siempre.
El comercio nació casi al mismo tiempo que Villa Regina. A fin de año cerrará sus puertas. |
Nació con los albores de la colonización de Villa Regina y durante más de 90 años fue uno de los comercios a los que generaciones de vecinos de la ciudad acudieron para comparar sus alimentos, herramientas y artículos para la construcción. El 30 de diciembre será el último día que tendrá sus puertas abiertas Casa Grifoni, comercio que durante décadas acompañó y vio el crecimiento de Villa Regina.
“Es una decisión que venimos madurando desde hace varios años, creo que ya se cumplió un ciclo y es momento de disfrutar lo que nos queda de vida con la familia”, señaló Palino Grifoni, uno de los titulares del comercio.
Su padre, Enrique Grifoni, inició la actividad como comercio de ramos generales en 1937. Sin embargo, la historia del negocio se remonta a 1930, cuando abrió sus puertas como COMPAÑIA ARGENTINA DE ALIMENTOS (CADA).
Enrique, había llegado a poco de comenzar la colonización de Villa Regina en 1924. Primero llegó a la incipiente colonia su padre, Héctor para trabajar en las chacras.
Sin embargo, su futuro lo vio en el sector comercial y cuando la firma CADA decidió vender, compró el comercio y local ubicado en la esquina de las calles 25 de Mayo y Don Bosco, donde tuvo sus puertas abiertas durante más de 85 años.
“Desde chico yo estuve en el negocio, los clientes venían y me saludaban porque veían asomar mi cabeza por atrás del mostrador”, contó Palino, que cuando cumplió 18 años tuvo que ponerse al frente del negocio por la muerte de su padre. Más tarde se sumarían su hermana Orieta y su hermano Norberto.
Se cumplió un ciclo, tras más de 80 años de vida comercial decidimos cerrar las puertas. No es apresurado, sino que fue pensado”Palino Grifoni, propietario de Casa Grifoni en Villa Regina.
“Estoy a punto de cumplir 79 años, durante más de 60 años estuve al frente del negocio y eso hizo ir madurando la idea de cerrar las puertas, el pensar en el vivir lo que nos resta de vida disfrutando la familia. No es cansancio ni tampoco la situación económica. Entiendo que se cumplió un ciclo”, remarcó.
La larga historia de vida del comercio les dejó innumerables anécdotas. Por ejemplo, la relación de amistad y comercio con un hombre que períodicamente viajaba desde un campo del Valle Medio para hacer sus compras. “El hombre de apellido Fonagueira, como veía el cartel de Almacenes CADA, cuando entraba preguntaba si estaba Don Cada creyendo que mi padre tenía es nombre. Nunca lo corregimos”.
Pallino, Orietta y Norberto Grifoni estuvieron al frente del negocio en las últimas décadas. (Foto Néstor Salas). |
Por ser un comercio de referencia durante décadas, muchas familias concurrían a buscar distintos tipos de artículos, desde alimentos a herramientas agrícolas, artículos de bazar, de construcción y de ferretería.
“Un dicho o slogan que nos acompañó durante muchos años era que ‘si Grifoni no lo tiene, no lo busques porque no existe’”, comentó Palino.
Precisamente la relación comercial con las principales cadenas, les permitieron cumplir con los distintos pedidos de los clientes que llegaban desde esta localidad y de otras ciudades del Alto Valle y del Valle Medio.
“Cuando se abrió este negocio, la planta urbana de Regina terminaba acá; la ruta no existía y el arroyo Salado era mucho más grande, del otro lado había chacras y descampados”, rememoró Palino.
Los colonos encontraban desde alimentos hasta herramientas de trabajo. |
Durante los primeros años, en el mismo local también funcionó un bar. “Los colonos venían contaban sus vivencias. Era gente trabajadora, con miradas puras. Luego vinieron sus hijos, nietos y bisnietos”.
Agregó que “como negocio vimos como la ciudad fue creciendo, como se fue desarrollando; acompañamos el crecimiento, por eso hoy creemos que ya se cumplió un ciclo y que es momento de cerrar las puertas”.
“Fueron muchas las generaciones de vecinos de esta ciudad y de otras localidades que pasaron por este negocio, para todos ellos tenemos palabras de agradecimiento por el acompañamiento que nos dieron durante todos estos años y que tratamos de devolver con buena atención y servicio”, comentó finalmente.
La actividad comercial ha sido solo una parte de la participación de la familia Grifoni en la vida de Villa Regina y de sus instituciones.
Héctor, el primer integrante de la familia en llegar la región trabajó activamente en la construcción de canales de riego y en los orígenes del club Círculo Italiano, y años más tarde fue uno de los constructores de la sala del cine teatro.
Dato 1930 Inició la actividad comercial como uno de los almacenes de ramos generales de la cadena CADA.
Su hijo Enrique tuvo una participación activa en distintas instituciones de la localidad .
El ejemplo continuó con Palino que incluso presidió el club itálico. Además, mantiene un participación activa en la Cámara de Comercio, Industria y Producción, e integra la comisión de Bomberos Voluntarios.
“Es solo una manera de devolver la comunidad lo muchos que nos dieron durante todos estos años”, remarcó.
Palino Grifoni (centro), posando junto a dos clientes. |
Publicado en Diario Río Negro.
Imágenes: Diario Río Negro salvo las que yá fueron publicadas en ¡BIEN DE REGINA!
16/12/2022.
https://www.rionegro.com.ar/sociedad/cierra-un-historico-comercio-de-regina-tras-85-anos-2648595/
Círculo Italiano de Villa Regina cumple hoy 96 años.
El Club Círculo Italiano es la primera institución fundada
de la ciudad de Villa Regina, en la provincia de Río Negro. Fundado en el año
1926 bajo el nombre de "Forza, Amore e Intelletto". Fue creado por
los primeros colonos inmigrantes de origen italiano que emigraron de diversas
regiones de Italia. El espíritu de la misma sería atender tres aspectos
considerados fundamentales: mutual, social y cultural. Se llamó F.A.I., Forza,
Amore e lntelletto, era el 5 de diciembre de 1926 hace 96 años.
Las primeras reuniones se efectuaron en un galpón de la C.I.A.C.
(Compañía Italo Argentina de Colonización).
Fueron las primeras autoridades de LA F.A.I.
Presidente: Ing. Felipe Bonoli; Vice Presidente: Ing. Mario
Bicchi; Secretario: Emilio Bignami; Secretario-Tesorero: Ferdinando Ferravante;
Vocales: Héctor Grifoni, José Caporalini, Antonio Malnis, Rufino Gregori y
Alejandro Fasulo. El Primer Cobrador de LA F.A.I. fue Francisco Vertua.
Villa Regina, localidad que había sido fundada solo dos años
por los mismos colonos provenientes de la inmigración producida luego de la
Primera guerra Mundial. El Círculo Italiano fue de gran importancia para la
Ciudad en los primeros años ya que colaboró al crecimiento de está siendo de
gran ayuda en la actividad social y cultural de la comunidad reginense.
En la década del ´30 los socios decidieron llamar a la
Institución “Círculo Italiano”.
* Publicado en Afiches de bordelesas de vino de la Patagonia Norte - Facebook.
Nota: un "lapsus" que suele pasar en
investigaciones es el nombre del Sr. Ferravante.
Es Ferdinando Ferravante.
Los primeros inmigrantes de Colonia Regina fueron
contactados en Italia por Ferdinando
Ferravante.
Ferdinando Ferravante, administrador de la Compañía Ítalo
Argentina de Colonización (C.I.A.C), quien invita a Giuseppe Ferravante, padre
de Andrés Ferravante (que fuera o es Presidente del Club Italia Unida de Gral.
Roca), a trabajar en nuestra Argentina; esta familia luego se traslada a la
Ciudad de General Roca y es una de las familias colaboradoras del Club Italia
Unida.
Ferdinando Ferravante es uno de los fundadores de
"Forza, Amore e Intelletto", primer Secretario-Tesorero de LA F.A.I.
“FORZA, AMORE E INTELLETTO” en 1926 que por 1939 pasa a llamarse
"Círculo Italiano".
Muy buen trabajo de Federico Witkowski de recuperar estas historias.
Foto del recuerdo tomada en 1930 a orillas del río Negro. Zona de chacras de la familia Treves. Ubicada a uno dos o tres kilómetros al este de la Gral. Paz.
La abuela de Edgardo Agüero de orígenes vasco (primera a la izquierda). El abuelo de Agüero criollo de bigotes es el cuarto. El padre el abuelo participó de la –denominada- campaña militar del desierto realizada entre los años 1878 y 1885 de apellido Maidana.
El abuelo de Edgardo “Coqui” Agüero era de 1881. Entre los
abuelos hay dos hijos. Resto de la familia Treves. Se observa a la derecha un nativo con su mamá.
Información y foto proporcionada por Edgardo Agüero en enero
del 2021.
Valioso aporte reginense. ¡Gracias!
* Publicado en Afiches de bordelesas de vino de la Patagonia Norte - Facebook.
Incluso el papa Pío XII estuvo interesado en el conflicto entre los colonos de Villa Regina y la Compañía Ítalo-argentina de Colonización, la Ciac, un conflicto que durante muchos años marcó la dramática vida de una colonia que se había presentado como un “modelo fascista de emigración”. El pontífice habría tenido que interceder, diciendo “media palabra” a Mussolini, “Bendito Primer Ministro de Italia” (el juicio y el despliegue de mayúsculas son del obispo de la Patagonia), a favor de las familias campesinas víctimas de una “estafa diabólica” que después de más de 15 años de trabajo y el dinero pagado estaban siempre en deuda con la compañía y en peligro de ser desalojados de las chacras que tenían. Entonces en 1941, a través del papa Pacelli, los colonos de Villa Regina, que vivían en una especie de “enclave” fascista en la Argentina, confiaban su destino al Duce. Él decidió la fundación de la colonia en 1924 y solamente él, ellos creían, podía “sin demora” arreglar las cosas. Sin embargo, la desesperación de los inmigrantes italianos difícilmente, en aquel momento, podría atraer la atención del dictador. Quien había llevado a Italia a la guerra tenía otros tantos problemas. Así, a pesar de los esfuerzos de monseñor Nicolás Esandi, el obispo salesiano de Viedma que se tomó a pecho la cuestión de las familias campesinas italianas del Río Negro (fue llamado el abogado de los pobres), los emisarios del fascismo y el ICLE, el Instituto Nacional de Crédito para el trabajo italiano en el extranjero, enojados por la intervención del prelado, continuaron como si nada hubiera sucedido y también acabaron creando una situación de evidente vergüenza entre las diplomacias de las dos orillas del Tíber, obligadas a compartir algunas “notas verbales” cuando la historia terminó en la mesa del secretario de Estado de su santidad interesado en el problema por la Embajada de Italia en la Santa Sede. De manera inaceptable, el Vaticano había sido señalado por el representante ICLE en Argentina como uno de los posibles compradores de los derechos de la Ciac en Villa Regina: la Ciac en 1938 entró en liquidación y fue adquirida por el ICLE que constituyó la Sacra, Sociedad Anónima Colonizadora de Reconstrucción Agraria, con el objeto de comprar los remates que fuera realizando el Banco Hipotecario. Documentos inéditos –en particular un largo y detallado memorial de monseñor Esandi– hallados entre los papeles de la Embajada de Italia en el Vaticano, más de 70 años después, echan nueva luz en un caso de tira y afloje entre los colonos y la compañía, que a principios de los años cuarenta alcanzó picos de tensión peligrosos para el orden público. El tema central de las notas diplomáticas es el papel del obispo Esandi, quien no sólo salió en defensa de los colonos con una intervención a favor de ellos ante el presidente de la República, los bancos y el ministro de Agricultura, sino que él llegó a confiar en el uso del ejército para bloquear el desalojo de familias campesinas de sus granjas en Villa Regina. En la apasionada actividad en apoyo de las reivindicaciones de los colonos que, en su opinión, después de “15 ó 17 años de incansable trabajo, tribulaciones y hambre” tenían una deuda contraída con la compañía que no podían satisfacer a causa de “intereses exorbitantes”, ¿el obispo había actuado en nombre del Estado pontificio? De esto, no tenía ninguna duda Edmondo Criscuoli, apoderado en Argentina del ICLE, gerente de la Ciac y presidente de la Sacra (SA Comercial de Reconstrucción Agraria), que interpretó a su manera la obra de monseñor Esandi en la disputa. Escribió al ICLE en Roma diciendo que el obispo de la Patagonia había intervenido en los asuntos de la compañía con el pretexto de proteger a los colonos y que su acción había provocado la interrupción de las prácticas de alojamiento y paralizado los cobros. Y yendo más allá, él vio en la acción del prelado los intereses del Estado papal en la compra de los derechos de la compañía en las “chacras” subastadas. Fue una clara distorsión de la realidad, esperable en un personaje particular, como se consideraba Criscuoli. Él gestionaba el ICLE en Argentina como cosa suya, sin ni siquiera informar a los vértices del Instituto italiano, con un semblante autoritario que no admitía interferencias en su trabajo. Según Ercole Graziadei, comisario ICLE que en 1946 fue a Villa Regina, emprendiendo una solución a la larga y dramática controversia, Criscuoli era un buen técnico, pero su arrogante intransigencia lo hacía un desastre en las relaciones humanas y esto había exacerbado el conflicto entre los colonos y la compañía y entre el ICLE y el gobierno argentino. Monseñor Esandi, “prelado venerable y digno” para las jerarquías del Vaticano, sin embargo, fue llamado por sus superiores para dar explicaciones. Lo hizo con un memorial largo y documentado el 2 de febrero de 1943 y dirigido a monseñor Giuseppe Fietta, nuncio apostólico en la Argentina. Como un buen pastor de almas, el obispo Esandi había escuchado el grito de dolor de las familias campesinas de Villa Regina y así, en la opinión del Vaticano, había “evitado las consecuencias dolorosas que de otro modo habría causado el conflicto”. De hecho, en el memorial, el obispo pasó por las etapas de sus intervenciones en apoyo a las razones de los colonos. Él tenía una idea precisa de la situación de Villa Regina. Varias veces fue bien recibido en la colonia. Conocía los problemas de los inmigrantes, sus anhelos, sus miedos. En 1941 se presentaron ante él, en una visita a la parroquia, cuarenta hombres desesperados, sin medios de subsistencia y a punto de perder los frutos de más de quince años de trabajo. Era la época en que el periódico “Solidaridad Obrera” y el diario antifascista “L’Italia del Popolo” en Buenos Aires lanzaban la alarma sobre el carácter dramático de la situación de Villa Regina y de los peligros que se avecinaban para cuatrocientas familias de inmigrantes italianos en riesgo de desalojo como resultado de los contratos leoninos que tenían que firmar. La Ciac y la Sacra trataban de hacer dinero de cualquier forma “a través de la nueva extorsión y recuperando las tierras valoradas con quince años de sacrificio”. El obispo Esandi le pidió explicaciones a esa delegación y aconsejó nombrar una “Comisión de defensa de colonos”. Luego, ilustró la difícil situación de las familias con el presidente de la República Ramón S. Castillo, quien lo animó: “Siga, yo voy a sostenerlo”. Después encontró atención en el Banco Hipotecario Nacional, donde el anciano presidente J. Pérez prorrumpió en estas palabras: “Todavía están molestando a esos pobres colonos de Villa Regina que ya han pagado cuatro o cinco veces su obligación. Aunque se reunieran a trabajar juntos por un siglo los abuelos, hijos, nietos y bisnietos, no podrán satisfacer las exigencias de la compañía colonizadora”. Todo estaba, pues, en las pretensiones ilícitas de la Ciac que había creado un sistema de explotación ultracapitalista. Fue entonces cuando monseñor Esandi estaba seguro de la “victoria a favor de los pobres colonos”. Los cuales, por consejo suyo, habían formado la “Comisión de Defensa”. Eligieron presidente a Giovanni Rotter (años más tarde acompañó desde Buenos Aires a Villa Regina al comisario de ICLE Graziadei, dispuesto a resolver la disputa) y un ejecutivo de la Ciac le dijo que él pagaría su elección. De hecho, siguiendo la historia de monseñor Esandi, la Ciac se ensañó con los cinco hermanos Rotter subastando las 25 hectáreas transformadas en el jardín más hermoso y en la más hermosa huerta en la colonia que fueron adquiridos por la Sacra. El pueblo se rebeló, unido y dispuesto a hacer cualquier cosa para salvar la propiedad de los Rotter. Villa Regina, para el obispo, estaba “en un volcán horrible”. Mejor, entonces, que el gobernador enviara a tiempo fuerzas armadas si se decidía desalojar a los Rotter: “Ninguno –explicó alarmado el obispo– puede contener la desesperación de los colonos”. La misma desesperación el prelado la encontró en el asunto relativo al colono Piubelli (Francisco), el primero que dio la alarma en 1925: “Fuimos engañados, nos han traicionado”. Ellos lo callaron, recuerda monseñor Esandi, ahora le estaban dando la razón. Piubelli fue desalojado en 24 horas a pesar de la protesta “ordenada y varonil”, pero luego un juez le dio un tiempo de pocos meses censurando la Ciac por lo que había hecho. Sí, el obispo Esandi, “amigo de los pobres desgraciados colonos”, había abrazado su causa. Pero nunca había actuado –aseguró solemnemente– en nombre de la Santa Sede. No entendía, entonces, por qué el ICLE había recurrido al Vaticano, pero él no se arrepentía de haber dado apoyo a “más de cuatrocientas familias italianas y otras de otras naciones, y luego otras tantas familias italianas que se sumaron por razones de trabajo, abandonadas en estas penosas circunstancias por las autoridades italianas”. Los emisarios fascistas en Argentina no toleraron, sin embargo, su demanda de justicia social. La vieron como una intromisión en sus negocios. Lo acusaron antes con el cardenal de Buenos Aires Santiago Copello, después trataron de avergonzarlo directamente al Vaticano. El obispo insistió en que él actuó en “carácter de consejero de los colonos” y no “en nombre de la Santa Sede”. Tantum sufficit, concluyó en latín. Eso fue suficiente. No pudo resolver el conflicto monseñor Esandi, pero bloqueó la agresividad de la compañía. Fueron necesarios más de casi diez años de lucha y lágrimas para poner fin a la pesadilla de las amenazas de desalojo. De hecho, recién en diciembre de 1950 comenzó la entrega de títulos de propiedad a los colonos.
Publicado en Diario Río Negro, 23/01/2014.
https://www.rionegro.com.ar/monsenor-esandi-y-los-colonos-de-regina-XURN_1470689/
Del sitio
Afiches de bordelesas de vino de la Patagonia Norte