25 de Marzo de 1973: culmina la 7ma. “Vuelta de la manzana”
con el recorrido: Viedma – Gral. Roca, Gral. Roca – San Carlos de Bariloche,
Bariloche – Gral. Roca, competencia automovilística que llevó a cabo entre los
días 21 al 25 de marzo de 1973, imponiéndose en la prueba, el corredor
reginense: Horacio Jorge Santangelo, conduciendo un Fiat 125 “C”, en la clase “C”
de Turismo Nacional, postergando en esta Vuelta de la Manzana a los que eran considerados
“capos-capos” de los equipos oficiales.
Su hazaña en la Vuelta de la Manzana del ‘73 le valió el
reconocimiento nacional en una de las pruebas más importantes y atractivas.
Su memorable victoria fue en la 7ma. Edición, que tuvo un
recorrido de 1.798 kilómetros y donde largaron 136 participantes.
VILLA REGINA figuró en las publicaciones más importantes de
la Argentina y llegó a países vecinos que se agregó en 1.974 cuando el Club
Atlético Regina juega en el Nacional de fútbol.
Estuvo considerado entre los 10 mejores del automovilismo
deportivo argentino.
Horacio Santangelo nació un 13
de setiembre del 1948 en la localidad de Cañadón Seco en la provincia de Santa Cruz, pero ese dato es
considerado en los pagos reginense “simple anecdotario” pues se lo considera
¡BIEN DE REGINA! siempre fue considerado de Regina incluso cuando vivía en la
ciudad de General Roca.
Hoy la bajada de las bardas reginenses lleva su nombre
"Horacio Jorge Santángelo" y
una calle donde está el Moto Club Reginense en Gral. Enrique Godoy también
lleva su nombre.
Ser campeón se requiere “tener pasta de campeón" por
eso contaba su experiencia: “Una persona normal no puede ser campeón ni ganar,
porque cuando uno arriesga tanto, se juega la vida en cada instante y atenta
así, contra sus propios principios de conservación”.
En el 1.998 corrió su último rally por el Argentino. Estamos
hablando de quien estuvo considerado entre los 10 mejores del automovilismo
deportivo argentino: Horacio Jorge Santángelo.
Fue, es y será “El
Horacio” “El Gringo” es el ídolo popular de la gente, del pueblo, de Villa
Regina y del Valle y del país que sigue despertando simpatías. Cada uno lo
recuerda a su manera, con nostalgia, admiración, idolatría o felicidad y le agrega
la sal y la pimienta a gusto...