CINCO ESQUINAS DE CARLOS BASABE.
CINCO ESQUINAS
de Carlos Basabe.
EL TRAZO CALLEJERO DE MI PUEBLO BARDEÑO
ES CAPRICHOSO Y LLENO DE ARTERIAS DIAGONALES
CONVERGIENDO EN LA PLAZA, LA DE LOS JUBILADOS
O EL SITIO “CINCO ESQUINAS”, DONDE, ORIENTAN SUS BASES
UN GESTO CAPRICHOSO PARA LOS FORASTEROS
ES REGRESAR PUNTUALES AL LUGAR DE PARTIDA
ALLI A LAS CINCO ESQUINAS DESDE DONDE PARTIERON
RETORNANDO PERDIDOS AL LUGAR DE SALIDA
EL TRAZO CAPRICHOSO TAMBIEN ES EXPLICABLE,
VA SIGUIENDO LA ONDEADA CARRETERA ASFALTADA
Y SESGANDO LAS RECTAS DE CIUDADES USUALES
MODIFICANDO MAPAS DE UNA SOLA PASADA
FUE EL PUNTO DE PARTIDA, DONDE VIEJOS COMERCIOS
ESCRIBIERON LA HISTORIA SOBRE AQUELLA PARCELA
Y ADEMÁS SOBRE TODO LO QUE PUEDA CONTARLES
ESTABA MAJESTUOSA LO QUE HA SIDO MI ESCUELA
TAMBIEN FUE EL ATRACTIVO DE POLICIAS DE TRANSITO
QUE DIRIGIAN EL ORDEN PARA QUE LOS RODADOS
ANTE TANTAS BOCANAS NO SE SITIERAN SOLOS
Y SIGUERAN LA MARCHA SIEMPRE BIEN ORDENADOS
HOY TIENE SEÑALEROS, ELEGANTES SEMÁFOROS
DEJÓ PASO AL PROGRESO EL KIOSCO DE MADERA
DONDE UN RENGO IMPEDIDO, VENDÍA GOLOSINAS
Y RECALABA A HORARIO “EL FLACO” Y SUS HELADOS
RESTAURANTE “EL MOSQUITO” DE EMILIANO GARCIA
MARCÓ PROFUNDAMENTE LA HISTORIA DE MI PUEBLO
TAMBIEN “CIUDAD DE ROMA” DEL LOCO PALANGANA
SE FUERON APAGANDO CON LA LUZ DEL PROGRESO
“Las cinco
esquinas” fue durante muchos años el centro neurálgico de Villa Regina,
allí
jubilados, vendedores ambulantes, y comercios como el “Bar San Martín”
la librería de
“Castro”, “El viejo Pio”, la fonda “El
claro de Luna”, la sastrería
“Malintoppi”, la bicicletería de los hermanos Diletti, la
panadería del ruso
“Rinland” y
otros negocios que más adelante se fueron montando, formaban
parte del
circo pueblerino. La propaladora “Publicidad Estrella” tenía un
tendido de
cables conductores que remataban dando vida a las bocinas instaladas
en ese punto y
donde los escuchantes oían informativos, música y publicidad.
En un tiempo,
la policía montó una garita en el medio de aquellas cinco esquinas
para que un
operario dirigiera el tránsito El alumbrado era con una sola bombilla
y la pantalla
protectora que pendía de unos cables cruzados igual que todas las
demás
esquinas. Sobre la esquina que hoy ocupa la escuela de monjas, había
instalado un
pequeño kiosco de madera pintado de verde. En el frente un cartel
de publicidad
ofrecía “Cigarrillos 43 negros” y su propietario era un rengo que
luego se
trasladó a la Plaza San Martín, ocupando otro kiosco que construyó
la
Municipalidad especialmente para trasladar a este señor."
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