TRANSCRIPCIÓN
DE LA “REVISTA DEL MUSEO COMUNITARIO” DIRECCIÓN: CARLOS SCHULMAISTER.
A continuación lo publicado en "La Perla" número 39 (17-1-2013) y nro. 40 (18-1-2013).
“DESARROLLO
DE LA FORMACIÓN DE LA COLONIA REGINA”
El
desarrollo de la Colonia Regina comprende tres períodos: el primero desde el
año 1924 al 1931, el segundo de 1931 al 1935 y el tercero de 1935 al 1939.
Durante el
primero el Ing. Bonoli fue el conductor de la obra de colonización después de
haber sido el que consiguió la formación de consorcio financiero.
Fueron
siete años de lucha en que se concentraron los mayores esfuerzos para la
transformación de la tierra árida y desértica, para la construcción de la obra
de riego, la subdivisión de Lotes de 10 y 15 hectáreas, la construcción de
todas las obras de arte de extensa red de canales secundarios, terciarios y
acequias, construcción de la asistencia social, de la Cooperativa de Consumo,
distribución de la semilla y plantas frutas, etc.
Al llegar
las primeras familias de Italia había que infundir confianza ante las
dificultades a superar en los trabajos de emparejamiento, haciendo frente a los
impetuosos vientos que no encontrando todavía reparo alguno se desencadenaban
con violencia, destruyendo en una noche el trabajo de semanas enteras.
El Ing.
Bonoli desarrolló en esos primeros años una actividad asombrosa, acompañado por
su esposa Benedictta, hija del ingeniero Cipolletti, que dedicó toda su
inteligencia y su bondad a asistencia de las familias, organizando reuniones
entre la juventud, enseñando trabajos de costura a las niñas, llevando la
palabra de consuelo a los enfermos y colaborando con el Padre Salesiano Don
Marcelo Gardin, para la construcción de una Capilla y la enseñanza de la
religión católica a los niños.
Figura
angelical, dispuesta siempre al sacrificio dejó como recuerdo el hermoso cuadro
que reproducía a la famosa pintura de la deposición de la cruz de Rafael,
cuadro que está hoy en la pared principal de la nueva iglesia de Villa Regina.
El Dr.
Tasco, Consejero de la Emigración en la Embajada de Italia, con su carta de 30
de noviembre de 1926 informó al Ing. Bonoli sobre la impresión que había
recibido el Dr. Brebbia, Embajador argentino en Roma, de la visita realizada a
Colonia Regina, que había sido muy favorable. A esta impresión se agrega la del
Presidente de la Unión Industrial, Don Luis Colombo, el cual había organizado
una visita al Río Negro, acompañado de varios socios.
Dice la
carta arriba mencionada: “El señor Colombo me ha asegurado que el Presidente de
la República le ha hecho insistentes preguntas y se ha mostrado muy satisfecho
de escuchar un juicio tan cordialmente y netamente favorable.
Tanto a
Brebbia como a Colombo el Dr. Alvear ha dicho que aprovechará de la primera
ocasión para venir a la Colonia, muy contento de que las cosas vayan
diversamente de lo que otros le había hecho prever”.
Resulta así
que los trabajos habían despertado mucho interés y ya el ICLE (Instituto de
Crédito para el Trabajo en el Exterior) con sede en Roma, ya había concedido un
crédito a la CIAC garantizando con la 1° Hipoteca sobre los terrenos de la
Colonia, todavía no hipotecados a favor del Banco Hipotecario, con una
superficie de 3.000 Has. El sistema adoptado para la financiación del plan era
el siguiente:
La
propiedad fue dividida en 4 zonas y terminada la colonización de una zona con
sus obras de riego, casa colónicas, alambrados, etc. Y ya instalados los
colonos en sus respectivos lotes, se solicitó el préstamo que llegaba hasta el
80% de la tasación.
Obteniendo
el préstamo se procedía a la escrituración a nombre de los colonos, en base a
la liquidación de la deuda, en ese momento garantizando el saldo deudor con una
segunda hipoteca a favor de la Compañía.
En la
liquidación figuraba además del importe de la tierra agregado al mismo el costo
de las obras de riego, en concepto Viveres, Útiles y Plantas y Semillas.
El colono
no abonaba importe alguno y para el pago de las segundas hipotecas habían
establecidos cómodos plazos.
En el año 1928 ya se habían distribuido lotes
en la 3° Zona. En la que existían algunos médanos, siendo la tierra muy sueltas
(sic) óptimas para cultivo y exenta de salitre, pero muy expuestas a los
vientos; y empezaron las protestas que tomaron rápidamente cuerpo por la
intervención de la Seccional de la federación Agraria.
El Director
de la CIAC pidió a uno de sus directores, el Prof. Marcelo Conti de hacer un
viaje a la Colonia para poder informar sobre la situación, y en la relación que
el mismo hizo el 10 de enero de 1928 después de haber transcurridos tres días
inspeccionando los trabajos y conversando con los colonos presentó su informe de
cual se transcriben algunos párrafos.
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