Se transcribe parte de las respuestas a un cuestionario elaborado por el Museo Comunitario de Villa Regina al Sr. José Luis Moschini uno de los primeros pobladores; realizada por el Prof. Carlos Schulmaister (1992) Director y Fundador del mismo. Forma parte de la "Revista del Museo Comunitario de Villa Regina", noviembre 1993 documentos orales sobre la historia de Villa Regina.
Contaba el Sr. José Luis Moschini en el año 1992:
En fecha 18 de abril de 1925, yo, José Moschini, llegué a esta colonia italoargentina, km. 1106, a la edad de 11 años, con mis padres y hermanitos.
nos anotó ya en la lista, al ingreso, don Pedro Biggi, porque llevaba el censo él.
Nosotros éramos de la Provincia de Buenos Aires. Bajamos en Ing. Huergo. De allí nos vino a buscar un empleado de la Compañía colonizadora, italiano, de apellido Molinatti, con una chatita tirada a caballo.
Es decir, todos los habitantes que llegaban bajaban en Ing. Huergo hasta 1927, porque aquí no había estación.
Cruzamos el Salado frente a la chacra de Agreste, al lado de Barrio Nuevo. Nos dio para alojar provisorio una casa colónica que ya esta lista, que pasa a ser la casa que todavía se encuentra en pie, que pertenece a chacra Meni Fernández. Allí estuvimos 10 días provisorio, con las familias Juan Rimmaudo, Vicente Gianni y Battaglia. Todos ellos, padres italianos y cachorros criollos..
Se originó esto porque no estaban listas las casas para los que iban llegando. Al día siguiente empezamos a desmontar el desierto donde hoy es el pueblo céntrico. Allí toda el área del pueblo que se encuentra al cruzar el Salado hasta el FF.CC. fue desmontada por Luis Moschini (mi padre), Domingo Colletti, Juan Bautista Fabro, Pablo Bontorno y Battaglia. Todos italianos.
Al haber terminado en el pueblo, justo hemos podido habitar nuestra casa que estaba en construcción. en nuestro lote 1 de la chacra 99, allí entramos a vivir definitivamente y desmontar nuestro lote y a continuación hacerle sus atenciones hasta fecha 1992, presente.
Cuando llegué aquí había chilenos.
Unos era empresario que tenía 4 chatas tiradas a caballo, que trabajaba por cuenta de la Compañía colonizadora con dos personas por chata, también chilenos.
Además había un caballerizo que atendía los caballos de andar del Ing. Bonoli, el de la Sra. de Bonoli, María Benedicta Cipolletti, el de Emilio Bignami y de Pedro Biggi; que era chileno, de nombre Mauricio Arriagada.
A continuación, chilenos había la una mitad, mezclado con italianos, dedicados al desmonte del desierto y luego todos estos pasaron a trabajar en la nivelación de los campos.
Criollos habíamos muy pocos y todos menores de edad. Italianos había un 80% todos mayores de edad. Había austríacos, yugoslavos y españoles. Los nombres de estos italianos que recuerdo son Alfonso Fiordelli, Settimio Fiordelli, Francisco Viero, Perlini, Héctor De Paoli, Francisco Vertúa, Ing. Mario Bicchi, José Nelli, Sferco, Héctor Grifoni, Vicente Muner, Foghini, Romano Molin, Luis Fenizi, Alessandrini, Leopoldo Zapata, Luis Fedi, Francisco Mungai, Juan Scotto, Carlos Ragazzini.
Conocí tres indios aunténticos. Uno de nombre Lauquén trecunao, otro Yancacheo y el otro Marín Chancur, y otros tantos, pero indios chilenos, gente muy buena.
Las fiestas que se celebraban, italianas, eran los 20 de setiembre, aniversario de la guerra. Hacían 3 días de fiesta, 19,20, y 21.
En aquel tiempo, en Buenos Aires no había barullo, ni política. Con el Presidente Marcelo T. de Alvear se ganaba buena plata y se hablaba de fanatismo al trabajo.
Inmigraban gente de todas partes del mundo con afán de trabajo, sin pretensiones ni leyes ni disconformidad, tanto con Alvear como con Yrigoyen..
He visto llegar a la colonia al embajador italiano Vicenzo Tasco, con asiento en Buenos Aires, que vino a colocar la piedra fundamental para levantar la Iglesia en 1926. Y también recuerdo una comisión de Buenos Aires mandada por el Ing. Bonoli para sacar fotos para cine, pero era mudo.
En cuanto a espectáculos de diversiones no había nada en absoluto. No había boliches. Las cuadrillas que vivían bajo las carpas de lona y espaciadas, distribuídas por los campos, jugaban a las cartas o a la morra, cantaban en cada cuadrilla. Casi no faltaba un acordeón o guitarra y vino en cascos. Conocí una cuadrilla de italianos que eran veinte...¡se tomaban 16 cascos de vino por mes, cantando y trabajando!
Ganaban bien: 11 $ por día.
Los italianos eran mayoría socialistas y en minoría fascistas. Comunistas pertenece a los yugoslavos y austríacos pero no eran perseguidos por nadie.
En cuanto a las andanzas de Bairoletto le diré que la Cooperativa de víveres para consumo que funcionaba al lado mismo del Museo presente hoy en Villa Regina, la Compañía colonizadora había implementado una sucursal en la tercer zona de este producto, al lado del boliche del Moro. Y esta sucursal la atendía el Sr. José Nelli que se había instalado allí con su señora. Coincide que la Sra. de Nelli va a comprar cigarrillos para su esposo en ese boliche. Se encuentra con la banda Bairoletto en pleno asalto de ese boliche. Al ver que ya...a ella, para que no declare recibió un tiro en el pecho, ultimandola y otro tiro al bolichero ultimándolo también. Este de nombre Virgilio Muner. ¡Ahí nomás dos muertos! Y vivían escondidos entre los matorrales de chilcas, en la costa del río. Más tarde asaltó a José Borsani. Lo ató pero no lo mató, que él residía en la costa del río.
Más tarde los encuentra un hermano mío entre chilcas del río haciendo y comiendo tortafritas.
Porque eran poderosos la policía les tenía miedo ¡Donde ponía el ojo iba la bala!
Y más tarde asaltó el boliche de Otto Krause, que al fin se entragaron solos a la policía.
Los bailes de aquel tiempo, de los italianos, se hacían donde hoy es el Círculo Italiano. Allí había un salón que lo han demolido, que se llamaba la FAI. Significaba Forza, Amore, Intelletto. Y luego se hacía en el salón cine de Carlos Allemanni.
(Fragmento).